
En el siglo II, muchos santos llevaron una vida de gran devoción y sacrificio por su fe. A pesar de las dificultades y persecuciones que enfrentaron, estos hombres y mujeres mantuvieron su compromiso con Dios y su amor por su prójimo. A través de sus enseñanzas y ejemplos de vida, inspiraron a otros a seguir su camino y construyeron una comunidad de creyentes fuerte y unida. Su legado sigue vivo en la Iglesia hoy en día y continúa inspirando a aquellos que buscan vivir una vida de fe y amor.

San Teófilo de Cesarea

San Apolonio de Alejandría

San Apolonio, el Filósofo

San Alejandro de Lyon

San Hermias de Comana

San Justino

San Andéolo de Viviers

San Ciriaco

Victor I

Santa Gliceria de Trajanópolis

Santa Enedina de Cerdeña

Santa Prassede

Santa Felicidad

San Eleusipo

San Abercio de Hierápolis

San Justino Obispo
