San Ciriaco es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo II. Provenía de una familia religiosa cristiana, fue obispo de Atalia y mártir cristiano, quien a causa de su fe padeció junto a toda su familia el martirio a manos del emperador Julián el Apóstata.
Su nombre de nacimiento era Judas. Nació en la segunda mitad del siglo II en el seno de una familia cristiana, sus padres fueron también santos mártires, San Hespero y Santa Zoe, y su hermano San Teódulo.
La historia biográfica de este santo es un poco confusa y entrelazada con diversas versiones. Luego de su bautismo cristiano, Judas cambió su nombre a Ciriaco, el cual es de origen griego y quiere decir “Patricio” para los romanos puesto que debía huir de Palestina por las amenazas de sus correligionarios.
Emprendió un viaje y se estableció en Ancona de Italia, donde se dedicó al servicio de la iglesia católica con tal fe y devoción que más tarde fue nombrado obispo de la ciudad. En este período, el cristianismo gozaba de cierta libertad al haberse proclamado el edicto de Milán.
Durante muchos años, Ciriaco dirigió su diócesis en la fe y la prosperidad. Emprendió un viaje de peregrinación por la Tierra Santa para visitar Jerusalén. No obstante, al llegar a esta ciudad, Julián el Apóstata había tomado el control del gobierno; ordenó que Ciriaco fuese arrestado y ejecutado por su fe cristiana, se dice que murió al ser arrojado a un horno, a pesar de su avanzada edad, en el año 303.
Las reliquias del obispo se recuperaron y fueron trasladas a Ancona. Otra versión de la historia cuenta que Ciriaco fue ejecutado junto a su familia, convirtiendo a todos en mártires.
San Ciriaco es uno de los catorce santos auxiliadores y es considerado el patrón de Ibiza.