San Cecilio de Cartago es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo III. Este religioso recibió la misión de orientar y recuperar el alma de San Cipriano de Cartago, quien luego de convertirse se hizo su discípulo, llegando a ser una de las figuras más importantes del cristianismo.
La historia ha permitido que conozcamos a San Cecilio por medio de los escritos de San Cipriano, quien señala al presbítero Cecilio como su maestro y guía espiritual, quien lo ayudó para prepararse en la fe cristiana.
Según este relato, San Cecilio era un presbítero de la iglesia de Cartago contemporáneo y de la misma edad de san Cipriano. Era un hombre devoto y con gran capacidad de oratoria. Su principal labor fue presentar a Cipriano el valor de la fe en Cristo e iniciarlo en el proceso de conversión espiritual para adquirir las virtudes centrales del cristianismo: la caridad y la castidad.
Fue frente a San Cecilio que Cipriano hijo un voto de continencia y caridad, ayudando a los pobres con la repartición de sus bienes. Además, San Cecilio bautizó a Cipriano el 18 de abril del año 246 y lo acompañó instruyéndolo hasta la elección de Cipriano como sucesor de Donato en la sede de Cartago.
Se desconoce la fecha exacta de la muerte de San Cecilio, posiblemente en la segunda mitad del siglo III. Su memoria se recuerda el 3 de junio.