San Gualterio de Servigliano es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XIII. De origen romano, este santo se dedicó al firme cumplimiento de la disciplina monástica, y luego, buscando una vida más solitaria y espiritual, se retiró a vivir como ermitaño, en oración, penitencia y con fama de santidad.
Gualterio, o Walter, nació aproximadamente a finales del siglo XII en Roma. Creció en una familia cristiana, y desde su juventud entendió que su misión en la vida era ser consagrado al servicio de Cristo.
Perteneció a un monasterio de la región de Piceno, donde sus virtudes lo llevaron a ser electo como abad. Sin embargo, mientras Gualterio practicaba más la oración y la penitencia, más deseo sentía de buscar la vida de perfección fuera del claustro, en observancia estricta de la austeridad.
Pensando en esto, el abad Gualterio partió en compañía de un sacerdote llamado Armando o Armeno hacia la región del valle de Marana, desde donde más tarde se trasladaron a la llanura de Valentella en el territorio de Servigliano, donde comenzaron a llevar una vida de eremitas, en oración, ayuno y penitencia.
Los dos religiosos adquirieron fama de santidad, especialmente el abad Gualterio quien era frecuentemente visitado por peregrinos y fieles que buscaban consejo y guía. De esta manera, surgió la iniciativa de fundar el monasterio benedictino de Serviglino donde también se dedicaban a asistir a los enfermos y peregrinos.
El abad Gualterio fue superior de esta nueva comunidad, donde permaneció hasta su fallecimiento, aproximadamente en junio de 1250. Poco tiempo después comenzó su culto local.
Las reliquias de San Gualterio se trasladaron a la Colegiata de San Marco Servigliano.