San Apolonio el filósofo es un santo mártir de la iglesia católica quien vivió durante el siglo II. Este santo ganó la corona del martirio en tiempos del emperador Cómodo, cuando a pesar de ostentar una distinguida posición en el senado romano, fue acusado de ser cristiano y sometido a interrogatorios en los que defendió con excelencia su posición cristiana, no obstante, recibió la condena a muerte al no retractarse de su fe en Cristo.
Apolonio era un distinguido senador romano, con una posición reconocida y respetada ante el imperio, y quien además había adoptado la religión cristiana. Era un hombre de buena posición social, de gran conocimiento, cultura y estudioso de los textos sagrados. Se dedicaba a ayudar con caridad a los cristianos de la Urbe, aunque mantenía su ideología en secreto.
Es probable que san Apolonio haya sido denunciado de ser cristiano ante el juez Perenio por uno de sus esclavos. Dada su alta posición entre los romanos, Apolonio fue citado por el juez ante el senado para ser interrogado sobre su profesión de fe.
Apolonio presentó un discurso cargado de excelencia y sabiduría en defensa del cristianismo, los miembros del senado quedaron impresionados y no pudieron emitir un juicio en el momento, así que Apolonio permaneció en custodia y fue interrogado algunos días más tarde por el gobernador.
Sus argumentos eran válidos y su discurso causaba admiración. Sin embargo, al no manifestar que se retractaría de su condición cristiana. El gobernador ordenó su ejecución. La historia cuenta que con pesar, el procónsul Perenio ejecutó la sentencia que estaba escrita en el decreto del emperador Cómodo, alrededor del año 185. Apolonio antes de ser ejecutado dio gracias a los presentes y glorificó a Dios.
San Apolonio fue decapitado en Roma, posiblemente el 21 de abril del año 185.