San Apolonio de Alejandría fue un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo II de la era Cristiana. Este religioso fue presbítero y además filósofo y figura de gran importancia para la comunidad romana, a pesar de ostentar diversos títulos y un cargo respetable, utilizó sus conocimientos para defender la doctrina de la fe cristiana, por ello fue acusado ante los gobernantes de ser cristiano, llevado a un juicio donde con sus palabras certeras, Apolonio confirmó su testimonio de fe y aceptó el martirio que le fue impuesto.
San Apolonio nació en el año 161 aproximadamente. Era un notable ciudadano romano, gran conocedor de las ciencias, la filosofía, las leyes, y ostentaba el cargo de Senador. Sin embargo, Apolonio se había hecho cristiano, por lo que sus adversarios lo denunciaron ante el prefecto del Pretorio, Perennio, quien lo citó ante un juicio.
Apolonio se presentó en la cita, pero lejos de retractarse de su fe, este santo presentó un volumen descriptivo sobre los fundamentos de la fe en Jesucristo; como este testimonio era contrario al decreto imperial de Trajano que prohibía la fe cristiana, Apolonio fue condenado a muerte.
Algunas referencias indican que por tratarse de un ciudadano romano de tan elevado cargo y prestigio, fue sometido a dos juicios, con el propósito de que se arrepintiese de su testimonio, sin embargo, Apolonio no se intimidó por las amenazas de su vida, puesto que conocía la doctrina de la resurrección en Cristo y la defendía.
Existen dos relatos sobre como completó su martirio Apolonio. Uno explica que su cuerpo fue mutilado, quebraron sus piernas y falleció a consecuencia de las lesiones; mientras que un segundo relato dice que fue decapitado y arrojado al mar, donde unos cristianos lo rescataron y enterraron, sucedió en el año 192 bajo el gobierno del emperador Cómodo.