Santa Gliceria de Trajanópolis es una santa de la iglesia católica quien vivió durante el siglo II. Esta mártir cristiana fue condenada por su fe, por negarse a ofrecer sacrificios a los dioses paganos; pasó por varias torturas durante su encarcelamiento hasta que finalmente falleció.
Los datos del la historia de Santa Gliceria apenas se refieren a su martirio. Sabemos que esta santa nació en Roma, posiblemente era descendiente de una familia de cristianos conversos. La joven Gliceria desde su juventud decidió consagrarse como virgen al servicio cristiano.
La historia cuenta que durante las fiestas del dios Júpiter de los romanos, Gliceria se negó a presentar sacrificios en el templo, por ello fue acusada ante el prefecto Sabino quien ordenó su detención de inmediata. Los soldados la apresaron y llevaron ante el prefecto quien le ordenó que prestase sacrificios al dios.
Gliceria en lugar de rendirle tributo, con todas sus fuerzas arrojó al suelo la estatua de oro del dios Júpiter y la hizo pedazos. Entonces, Sabino ordenó que fuese torturada con la mayor crueldad.
Sus verdugos la colgaron de los cabellos y la golpeaban con varillas de acero, pero su piel no se rasgó ni tuvo ningún daño. Seguidamente la encarcelaron para que falleciera en la cárcel por hambre, pero milagrosamente un ángel todos los días le llevaba el alimento necesario. Al saber esto, se ordenó que Gliceria fuera arrojada a un horno, aunque las llamas se apagaron en el instante que la santa entró. Sabino furioso, ordenó que la arrojaran a las fieras para ser devorada, pero Gliceria falleció instantáneamente momentos antes de que cumplieran este martirio. Sucedió aproximadamente en el año 177.
Santa Gliceria tuvo una especial devoción en la ciudad de Heraclea, donde se levantó una iglesia en su honor. Es venerada también por la iglesia oriental y ortodoxa, incluso más que en el catolicismo.