Santa Inés de Poitiers es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo VI. Fue una religiosa abadesa, del monasterio de la Santa Cruz de Poitiers, discípula de Santa Radegunda, quien se dedicó a vivir la vida religiosa como ejemplo monástico para su comunidad, ganándose el respeto de todos así como su fama de santa.
Su nombre puede ser encontrado como Inés o Agnés, nació posiblemente en la primera mitad del siglo VI en la región de Galia. Desde su infancia quiso llevar una vida de santidad y devoción, se hizo discípula de Radegunda de Poitiers quien la adoptó como una “hija de la gracia”.
Cuando Santa Radegunda abandonó la corte de Clotario, se propuso llevar una vida monástica, y de esta manera fundó el monasterio de la Santa Cruz, tanto para hombres y mujeres en el año 552 con el apoyo de Clotario I. La joven Agnés siguió a la santa Radegunda, y creció en la vida monástica en obediencia y numerosas virtudes. Como la monarca Radegunda confiaba en las virtudes de la joven Inés, la ayudó en su preparación y formación espiritual, hasta que San Germán de París le concedió el honor de abadesa a santa Inés convirtiéndose así en la primera abadesa de la Santa Cruz de Poitiers.
Siguiendo la observancia de la regla de San Cesáreo de Arles, santa Inés llevó la disciplina y la obediencia, así como numerosas virtudes cristianas que fueron ejemplo para la comunidad y le crearon una fama de santidad, y admiración por todos.
Santa Inés supo atraer a la vida religiosa a más de 200 jóvenes a las que instruyó y condujo con fe y sabiduría. Fue reconocida amiga de San Venancio Fortunato.
Santa Inés de Portiers falleció en el año 588. Su cuerpo se enterró en el propio monasterio que dirigió en vida, desde donde se promovió un culto local importante en toda la región.