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San Andrés Huberto Fournet

San Andrés Huberto Fournet

San Andrés Huberto Fournet es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XVIII. Su historia de vida es muestra de cómo Dios llama a la vocación a través de una reforma completa del espíritu; este santo se negaba al servicio religioso durante los primeros años de su vida hasta que el llamado del Padre conquistó su corazón, se hizo sacerdote, sirvió durante la peligrosa revolución francesa a los fieles, y finalmente fundó con Santa Isabel Bichier el Instituto de las Hijas de la Cruz.

Andrés Huberto Fournet nació el 6 de diciembre del año 1752 en la ciudad de Maillé vecina de Poitiers. Su familia era de buena posición social, y su madre una fiel devota que insistentemente quería que Andrés siguiera la vocación religiosa. Sin embargo, Andrés experimentaba una aversión por todo lo que tuviese relación con el sacerdocio, se negaba a las prácticas religiosas desde niño, era perezoso, frívolo, se escapaba de la escuela, pensando solo en cuestiones para divertirse.

En su juventud, viajó a Poitiers para estudiar filosofía y leyes, pero acabó por abandonar sus estudios. Intentó ingresar al ejército, aunque después de un tiempo fue expulsado. Por las influencias de su familia, obtuvo un cargo como secretario, pero su escritura era tan pobre que fue despedido. Sus padres, sin tener más opciones, enviaron a Andrés a casa de un tío que era sacerdote y se encargaba de una parroquia pobre y solitaria.

Este encuentro hizo que Andrés despertara el sentido espiritual en su vida y encontrara el amor por la vida de servicio. Andrés se tornó un joven bondadoso, cambió radicalmente, estudió teología, se hizo sacerdote y comenzó a ayudar a su tío en la parroquia. En el año 1781 fue designado como párroco de su ciudad natal Maillé.

Todos respetaban y apreciaban al padre Andrés por su caridad y labor con los pobres a quienes beneficiaba con sus obras de caridad. Vendió todos sus utensilios de plata y oro para darlo a los pobres, y pasó a vivir en la humildad, apenas con lo necesario y practicando la vida monástica.

Cuando estalló la Revolución Francesa, San Andrés tuvo que esconderse al no aceptar el juramento que el gobierno pretendía imponer a los clérigos, pasó a ser clandestino en sus prácticas religiosas, ocultándose en el bosque o en una granja solitaria. Su obispo le ordenó en 1792 que se trasladara a España, pero cinco años más tarde, el Padre Andrés entendió que debía de regresar para continuar asistiendo a los fieles.

Aún en los tiempos de peligro, el Padre Andrés continuó sirviendo. Con la llegada de Bonaparte al gobierno, la iglesia tuvo un momento de paz, el Padre Andrés regresó a su parroquia para asistir a los fieles con trabajos de caridad y misiones. Junto a Santa Isabel de Bichier fundaron la congregación de religiosas de Las Hijas de la Cruz, destinada a instruir a los niños y cuidar a los enfermos.

Luego de un servicio y trabajo reformador incansable, San Andrés se retira a La Puye donde pasa los últimos años de su vida, falleciendo el 13 de mayo de 1834. Fue canonizado el 4 de junio de 1933.

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