San Pedro Regalado es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XV. Este religioso llevó una vida de servicio y devoción, con grandes dones que lo llevaron rápidamente a ser reconocido como santo. Perteneció a la orden de los Hermanos Menores Franciscanos desde su juventud, participaba de viajes de peregrinación, promovió la fundación de conventos y la evangelización; es considerado el patrón de Valladolid y así como el patrón de los toreros por un milagro que sucedió al domar un toro.
Pedro Regalado nació en el año 1390 en la ciudad de Valladolid, en el seno de una humilde familia cristiana. Perdió a su padre cuando tenía 9 años de edad y creció bajo la educación y dirección de su madre. Con 15 años de edad Pedro fue aceptado en la Orden de los Frailes Menores Franciscanos, reconocido por su piedad, disposición para la penitencia y para la oración, además, era un joven silencioso y compasivo. En aquellos días, la reforma franciscana comenzaba a extenderse en los territorios de España.
Pedro se dedicó a varias labores para el servicio de los pobres. Fue ordenado como sacerdote cuando tenía 22 años, y a la edad de 25 ya acompañaba a fray Pedro de Villacercer a El Abrojo en la Laguna de Duero en la provincia de Valladolid, para la fundación de un convento.
Se dice que Pedro tenía dones divinos, que durante sus periodos de oración nocturna podía verse levitando, su cuerpo irradiaba luz. Además, hay quienes afirman que se encontraba en el mismo momento en varios monasterios franciscanos.
Se le considera el patrón de los toreros porque en una ocasión, San Pedro Regalado estaba por un camino en viaje a Valladolid con otro hermano franciscano, en ese momento fueron sorprendidos por un toro que se había escapado de una corrida y se dirigía hacia ellos con actitud de embestirlos. San Pedro se paró delante del toro y con una plegaria al cielo ordenó que se detuviese. Entonces el santo curó las heridas del toro y lo mandó de vuelta.
La fama de santidad de San Pedro Regalado se expendió por toda la región. Falleció el 30 de marzo del año 1456. Fue canonizado en 1746 por el papa Benedicto XIV y su fiesta se celebra el 13 de mayo.