Domingo Savio, cuyo nombre significa «el que está consagrado al Señor», nació en Riva del Piamonte, Italia, en 1842. Hijo de un campesino, desde muy joven demostró una fuerte inclinación hacia la vida religiosa y el deseo de convertirse en sacerdote.
Cuando San Juan Bosco comenzó a preparar a jóvenes para el sacerdocio con el fin de ayudar a los niños abandonados de Turín, el párroco de Domingo lo recomendó al trabajo de Don Bosco. A los doce años, Domingo ingresó al Oratorio de San Francisco de Sales de Turín y su impacto en el lugar fue duradero.
Una de las cosas más destacables que hizo Domingo en el Oratorio fue organizar la Compañía de María Inmaculada, un grupo que ayudó a Don Bosco en tareas importantes como la limpieza de los pisos y el cuidado de los niños difíciles. Pero no solo eso, su ejemplo de virtud y su consejo para resolver conflictos de manera pacífica, como cuando evitó que dos chicos se pelearan a pedradas presentándoles su pequeño crucifijo y recordándoles el perdón de Cristo, dejaron una profunda huella en todos los que lo conocieron.
Aunque Domingo murió a una edad muy temprana, su impacto en el Oratorio de San Francisco de Sales fue significativo. Cuando Don Bosco decidió fundar la Congregación de los Salesianos, una reunión fue organizada y entre los veintidós presentes se encontraban todos los iniciadores de la Compañía de la Inmaculada Concepción, excepto Domingo Savio, quien había fallecido dos años antes.
Es importante señalar que en la tradición católica, la santidad no se logra a través de la realización de milagros, sino mediante la práctica de virtudes y la imitación de Cristo. Por lo tanto, en el caso de Domingo Savio, su ejemplo de vida y su compromiso con los demás son las verdaderas señas de su santidad.
¿Qué hizo Domingo Savio para hacerse santo?
Domingo Savio hizo un gran esfuerzo por llevar una vida de santidad, centrada en la oración, la devoción a la Virgen María y la imitación de Jesucristo. Desde muy joven, mostró una gran dedicación al servicio de los demás, especialmente de los niños abandonados y necesitados.
Entre las virtudes que caracterizaron la vida de Domingo Savio, destacan su humildad, obediencia, alegría, caridad y pureza. Siempre trató de ser un buen ejemplo para los demás y de ayudar a quienes lo necesitaban.
¿Cuáles fueron sus milagros?
Aunque no se registran muchos milagros atribuidos directamente a su intercesión, su vida y ejemplo han sido fuente de inspiración para muchas personas a lo largo de los años.
El mayor milagro de Santo Domingo es quizás la profunda huella que dejó en el corazón de Don Bosco y de todos aquellas personas que lo conocieron y que vieron en él una auténtica santidad y una gran amistad con Dios.
