Santa Benita de Roma es una santa de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XIX. Llevó una vida ejemplar, de servicio y consagración cristiana, junto a su marido se dedicaron a practicar la consagración espiritual y a promover la noble causa del rescate y educación de las jóvenes pobres.
Benita Cambiagio Frassinello nació el 2 de octubre del año 1791, en el seno de una familia cristiana en Langasco de Génova. Poco tiempo después, toda la familia se muda a Pavía. En su juventud Benita ya tenía el deseo de llevar una vida consagrada. Sin embargo, se compromete en matrimonio con un joven amigo de la familia, Juan Bautista Frassinello, con quien se casa el de febrero del año 1816.
Luego de vivir dos años en matrimonio, Benita siente la necesidad de consagrarse a Dios, por ello, conversa con su marido y de común acuerdo los dos abrazan un voto de castidad ante el obispo de la ciudad. Desde entonces comenzaron a dedicarse al rescate y educación de las jóvenes pobres y abandonadas en Pavía, creando una pequeña escuela.
Benita recibió del gobierno austriaco el título de Promotora de la Pública Instrucción, por su labor incansable en la educación de las jóvenes. Más tarde, consiguió la aprobación de un reglamento por la Autoridad Eclesiástica para transformar a institución en una referente a formación catequista y de trabajo.
En el año 1838, Benita cede esta institución en Pavía al obispo Tosi, y junto con su marido y algunas compañeras se traslada a Liguria donde funda una nueva escuela para las jóvenes de la comunidad e instituye la Congregación de las Hermanas Benedictinas de la Providencia, el cual se expandió rápidamente.
Después de esta ejemplar vida de servicio y entrega, Benita falleció el 21 de marzo del año 1858 en Ronco Scrivia, pocos días antes había predicho su fallecimiento.