Santa Julia Salzano fue una religiosa de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XIX. Esta religiosa se dedicó al servicio de Cristo desde su juventud, fue profesora en la de catecismo, dedicada con esmero a la instrucción de los niños y jóvenes. Fue la fundadora de la Congregación de Catequistas del Sagrado Corazón de Jesús.
Julia nació el 13 de octubre del año 1846 en la ciudad de Santa María Capua Vetere de la provincia de Caserta en Italia. Era hija de una familia acomodada. Desafortunadamente, a los 4 años de edad quedó huérfana de padre, y pasó a ser educada en el convento de las Hermanas de la Caridad en el Orfanato de regio de San Nicolás La Strada, donde cursó estudios hasta los 15 años.
Se graduó como docente y comenzó a instruir en la escuela municipal de la Casoria en la provincia de Nápoles, a donde se mudó con su familia en el año 1865. Julia tenía gran interés por instruir a los jóvenes en el catecismo y en la fe cristiana, así como a los niños y a los adultos necesitados. Además, era una fiel devota de la Virgen María.
Al lado de la beata Catalina Volpicelli, Julia se encargó de difundir el culto al Sagrado Corazón de Jesús, llevando un ejemplo de vida en Cristo a través de la instrucción y el testimonio. Por ello, en el año 1905, Santa Julia promovió la fundación de la Congregación de Hermanas Catequistas del Sagrado Corazón de Jesús.
Toda su vida de entregó a la catequesis pues consideraba que educar en la fe en Cristo era la mejor manera de conducir las almas hasta Dios, y para ello se dedicaba con especial anhelo a los niños y jóvenes. El beato Ludovico de Casoria profetizó que Julia debía mantenerse firme en su misión ante las dificultades. Así lo hizo esta santa.
Era cariñosamente conocida como “Doña Julieta” por todos los ciudadanos de la Casaria, que admiraban su servicio y la consideraban Santa. Luego de dedicar toda su vida al servicio de la educación religiosa, Santa Julia falleció el 17 de mayo de 1929.
En el año 2002 su culto fue aprobado por el papa Juan Pablo II; y proclamada Santa en 2010 por el papa Benedicto XVI.