La beata Antonia Mesina fue una joven laica de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XX. Esta joven y humilde campesina de origen italiano, vivió una corta vida practicando la observancia de la fe; fue asesinada por un hombre que pretendía violarla, defendiendo hasta la muerte su virginidad. Es considerada como mártir de la pureza.
Antonia Mesina nació el 21 de junio del año 1919 en la ciudad de Orgosolo de Cerdeña (Italia), era la segunda de 10 hermanos, creció en un hogar humilde, donde aprendió la fe cristiana desde la infancia.
Inicio sus estudios primarios, pero debió abandonarlos después de 4 años ya que su madre, una mujer pobre llamada Grazia, estaba postrada por problemas cardíacos, Antonia debió trabajar como campesina para ayudar a sustentar el hogar.
Desde su juventud tenía especial advocación para ser religiosa, y profesaba una gran fe a María Goretti. Desde los 10 años de edad se unió a la Acción Católica, participando en la catequesis y reclutamiento de otras personas.
La mañana del 17 de mayo, Antonia Mesina tras asistir a la misa, fue con una amiga a recoger leña en el campo, cuando fueron atacadas por un hombre que quería violar a Antonia. Su amiga corrió para pedir ayuda.
Antonia forcejeó intensamente con el hombre, logrando escapar dos veces para salvar su virginidad, sin embargo el atacante la golpeó salvajemente con una piedra asesinándola en el tercer intento. En el examen médico se comprobó que Antonia defendió su pureza hasta el último momento de su vida, nunca perdió su virginidad. Fue un crimen atroz que estremeció a toda la isla. Su asesino fue capturado y condenado a muerte, siendo fusilado.
Antonia Mesina, mártir de la pureza, fue beatificada por el papa Juan Pablo II el 4 de octubre del año 1987.