Santa Antonina de Nicea es una santa mártir de la iglesia católica quien vivió durante el siglo III. Fue una virgen consagrada cristiana que vivía en el territorio de Bitinia, por su fe cristiana fue denunciada en tiempos del emperador Diocleciano; pasó por diferentes torturas, ante todas se mantuvo firme en la fe, hasta que fue ejecutada por orden del gobernador Prisciliano.
La información biográfica de la vida de esta santa es poco precisa y carente en relación a su origen y vida antes de su martirio. Se piensa que Antonina era una joven cristiana nacida en la segunda mitad del siglo III, que vivía en la región de Bitinia, específicamente en la ciudad de Nicea. Durante el gobierno del emperador Diocleciano las persecuciones contra los cristianos fueron crueles y sangrientas.
Antonina fue denunciada por ser cristiana ante el gobernador de la región, Prisciliano, quien de inmediato la hizo presa y ordenó torturarla de diversas maneras. La lista de las penas y martirios que sufrió indica que fue quemada con hierros calientes, quemaron sus manos y pies, la colocaron en el potro, permaneció tres días y tres noches colgada de de un brazo, la hicieron caminar por brasas calientes durante dos días, y la arrojaron en una celda diminuta y sucia.
Antonina fue presentada por segunda vez ante el gobernador. Cuando interrogada, valientemente no negó su fe. Entonces se le condenó al martirio, algunos dicen que su cuerpo fue quemado en una hoguera, otras referencias indican que fue arrojada en un saco amarrado a un lago pantanoso de Nicea. Sucedió posiblemente entre los años 303 y 306.