El Beato Juan de Pina fue un religioso de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XIII. De origen italiano, Juan fue presbítero de la Orden de los Hermanos Menores de San Francisco, perteneciendo al primer grupo de los discípulos del santo fundador de la orden, figurando como un admirable predicador, con gran capacidad de elocuencia y sabiduría. Participó en las misiones evangelizadoras en Penna de Italia y también en la Galia Narbonense, su labor en vida como evangelizador le formaron la fama de santo.
Juan nació aproximadamente en el año 1193 en la región de Penna de San Giovanni, en el seno de una familia cristiana dedicada a las labores del campo. Desde su juventud, Juan practicaba la caridad cristiana y tenía inclinaciones por el servicio religioso. Sin embargo, el momento decisivo para dictar los caminos de su vida sucedió en su juventud, cuando Juan tenía alrededor de 15 años. En esta época, la recién fundada orden de hermanos franciscanos había desplegado sus evangelizadores por todo el territorio italiano, entre los primero discípulos enviados estaba Fray Felipe, quien fue hasta la región de las Marcas, donde vivía el joven Juan y con su discurso de evangelización despertó en Juan la vocación religiosa.
Juan, decidido a seguir a este grupo de misioneros, emprendió el viaje hasta el convento de Recanati para ser aceptado en la Orden de los Hermanos Menores de San Francisco, donde más tarde fue ordenado como sacerdote. Algunos relatos indican que Juan en persona recibió instrucciones del propio San Francisco.
Fue uno de los primeros evangelizadores enviados a la región de Provenza, y también a la Galia Narbonense, junto con el hermano fray Juan Bonelli de Florencia. Durante 25 años, Juan se dedicó a la predicación y evangelización de estas regiones, junto con los misioneros, enfrentando diversas dificultades, como la herejía de los albigenses que se había extendido por gran parte del territorio de Francia.
Fray Juan, no solo con su palabra sino también con sus acciones, mostraba el ejemplo de la virtud cristiana. Era piadoso y compasivo con los enfermos, cuidaba leprosos y toda clase de necesitados, convirtiéndose en uno de los principales franciscanos evangelizadores de Francia.
Los últimos años de su vida los pasó en su natal Pena, donde continuó peregrinando y predicando. Recibió el anunció de su partida de este mundo, y falleció en la serenidad de la fe el 3 de abril del año 1271. Fue beatificado por el papa Pío VII en 1806.