La Beata María Estrella del Santísimo Sacramento, cuyo nombre de nacimiento era María Tenasia Bonifacia Costales Zambrano, nació en 1842 en la ciudad de Nabón, Ecuador. Ingresó a la vida religiosa en 1859 cuando tenía 17 años, al unirse a la Congregación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad.
María Estrella dedicó su vida a servir a los más necesitados. Fundó el Instituto de Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas en 1893, con el fin de expandir la misión carmelitana. Falleció en 1909 con fama de santidad. Fue beatificada por el Papa Francisco en 2019.
Biografía y vida religiosa
María Estrella nació el 19 de enero de 1842 en Nabón, Ecuador, hija de Pedro Costales y Rosa Zambrano, una familia humilde y profundamente católica. Desde niña mostró inclinación por la vida religiosa y la caridad.
A los 17 años ingresó como postulante a la Congregación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad en Cuenca. Tomó los hábitos en 1860, agregando el nombre de María Estrella de la Eucaristía. Se destacó por su humildad, obediencia y trabajo incansable.
Obras y fundaciones
Durante su vida religiosa, la Beata María Estrella fundó escuelas, orfanatos y hospitales. Atendió especialmente a los más pobres y desvalidos. Su espíritu misionero la llevó a fundar en 1893 la Congregación de las Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas, con el objetivo de expandir la misión carmelitana en América Latina.
La nueva congregación creció rápidamente. Pronto se establecieron comunidades en Colombia, Venezuela, Perú y otros países. María Estrella se dedicó a formar las nuevas vocaciones con celo apostólico, espíritu de sacrificio y entrega total a Cristo.
Muerte y beatificación
La Beata María Estrella del Santísimo Sacramento murió el 24 de agosto de 1909 en Cuenca, Ecuador, a los 67 años. Al morir dejó más de 20 comunidades religiosas establecidas en varios países.
Fue beatificada por el Papa Francisco el 13 de octubre de 2019, convirtiéndose en la primera beata nacida en Ecuador. Su fiesta se celebra el 24 de agosto. Es especialmente recordada por su profunda espiritualidad eucarística y su incansable labor misionera.