Saltar al contenido

San Virgilio de Arlés

San Virgilio de Arlés

San Virgilio de Arlés es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo VII en la región de Provenza de Francia donde desempeño la mayor parte de su misión pastoral. Fue delegado para trabajos eclesiásticos en muchas ocasiones por el propio papa; prestó apoyo a san Agustín de Canterbury y a sus monjes cuando se disponían a viajar en su misión de evangelizar Inglaterra. También se cuentan varias historias en las que este santo venció a demonios que querían impedir su labor cristiana.

Virgilio nació en Gascuña, aunque siendo aun niño, su familia se trasladó a la región de Cannes. Creció en la fe católica y decidió que su camino era ser servidor de Cristo, por ello comenzó a recibir educación en el monasterio de San Honorato que se ubicaba en una de las islas próximas a Cannes. Algunos relatos indican que se hizo monje en este lugar, o que fue enviado a la abadía de Lérins donde culminó sus estudios y recibió la ordenación.

Más tarde, San Virgilio fue designado como Obispo de Arlés. Entre sus obras en la diócesis destaca la construcción de la basílica de san Esteban y de la iglesia de Saboya. Así mismo, Virgilio dirigió el monasterio de San Sinforiano en Autun, con la ayuda prestada por el obispo de dicha diócesis, Siagrio

Algunos relatos indican que san Virgilio era tan celoso con la fe cristiana que el papa Gregorio le indicó que modulase sus métodos, ya que pretendía por la fuerza convertir a los judíos de su diócesis. Así, Virgilio se basó en las prácticas de meditación, penitencia, oración y predicación para atraer a los fieles a la iglesia.

Intervino en los asuntos de la simonía que reinaba en las iglesias de Galia y Germania, a petición del rey Childeberto II, y fue solicitada su cooperación para la misión de san Agustín de Canterbury que se dirigía a Inglaterra con otros frailes para evangelizar.

Algunos relatos, más fantásticos, indican que el demonio hizo varias apariciones a san Virgilio para tentarlo o impedir sus obras religiosas, no obstante, este santo siempre lo reprendió en el nombre de Cristo gracias a su gran fe y salió victorioso.

San Virgilio falleció en el año 613. Su cuerpo se sepultó en la iglesia de San Salvador que el mismo fundó.

Oración a San Virgilio de Arlés

Oh San Virgilio, tú que siempre has sido un fiel servidor de Cristo y un incansable predicador del Evangelio, te suplico que intercedas por mí ante el Señor en mis momentos de dificultad y dolor.

Ayúdame a mantener mi fe firme y a nunca perder la esperanza en la misericordia divina. Que tu ejemplo de entrega y dedicación a la Iglesia sea siempre un modelo a seguir en mi camino espiritual.

San Virgilio, ruega por nosotros. Amén.

Configurar