Saltar al contenido

San Focas de Sinope

San Focas de Sinope

San Focas de Sinope

San Focas de Sinope es un santo mártir de la iglesia católica quien vivió durante el siglo III de la era cristiana. Pereció durante la persecución de Trajano a consecuencia de su fe. Durante toda su vida se dedicó a acoplar el trabajo de la tierra del campo con sus plegarias y oraciones, cuidaba de un huerto en el que acogía a todos los peregrinos y visitantes, incluso, dio asilo a los soldados que fueron a matarle.

Focas era un hombre humilde que moraba a las puertas de la muralla de Sinope, una ciudad sobre las costas del Mar Negro, localizada en el Ponto. Tenía un pequeño terreno en el que había construido un huerto donde pasaba todos los días en el oficio de labrador, y practicaba las virtudes cristiana y las costumbres monásticas.

El trabajo del campo era duro, pero Focas lo asumía con alegría. Durante el día, en cuanto trabajaba la tierra, no dejaba de orar y agradecer a Dios por su generosidad, y pasaba largas horas en meditación. En su huerto, Focas recibía y atendía a peregrinos, católicos, e incluso a desconocidos que no tuviesen un lugar donde quedarse. Les ofrecía los frutos que el mismo cultivaba y también repartía estos alimentos entre los pobres.

A comienzos del siglo IV, bajo el gobierno del emperador Trajano, se desató una nueva persecución en contra de la iglesia católica. En Sinope, Focas fue delatado ante el gobernador, lo acusaron de cristiano, y ese mismo día enviaron a los soldados a matarlo. Cuando los soldados llegaron a las puertas de Sinope la ciudad se encontraba cerrada, así que pidieron asilo en el huerto de Focas sin conocerlo.

El santo los recibió con gran amabilidad, les ofreció comida, y lugar de descanso. Cuando los soldados le revelaron su misión el santo les dijo que les ayudaría a encontrar a Focas al día siguiente. Durante la noche, Focas cavó su tumba en el jardín, y por la mañana, les reveló a soldados que él era el Focas cristiano que ellos buscaban.

Sorprendidos, los soldados no sabían cómo actuar. No obstante, el propio santo Focas los motivó a cumplir su misión, pues para él era un honor morir por causa de Cristo. Finalmente, Focas fue decapitado, en el año 303. En Vienne de Francia, y en muchas ciudades del Oriente, San Focas es conocido y venerado.

Configurar