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San Juan Macías

San Juan Macías

San Juan Macías: Hermano Legos Dominicano, Apóstol de los Pobres y Santo del Rosario en el Perú Colonial

San Juan Macías fue un hermano lego dominico del siglo XVII cuya vida de humildad, caridad y devoción al Rosario lo convirtió en uno de los santos más queridos del Perú colonial. Llegó a América como inmigrante pobre, trabajó como pastor y agricultor, y terminó su vida en el convento de Santo Domingo en Lima, donde alimentaba diariamente a cientos de pobres, visitaba prisiones y enseñaba el catecismo a los niños. Su santidad se forjó en lo cotidiano, sin milagros espectaculares, pero con una caridad tan constante que sus contemporáneos lo llamaban “el santo de la puerta del convento”.

Nombre y Distinción

  • Nombre completo: Juan Macías (en español antiguo: Juan de San Nicolás Macías)
  • Nombres alternativos: Fray Juan Macías, San Juan Macías de Lima
  • Títulos: Hermano lego dominico, apóstol de los pobres, taumaturgo de la caridad
  • Distinción: No debe confundirse con San Juan de Ávila ni con San Juan Berchmans. Este es San Juan Macías, hermano lego de la Orden de Predicadores en Lima, contemporáneo y amigo espiritual de San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima.

Orígenes y Vocación Tardía

Nació el 4 de marzo de 1585 en Ribera del Fresno, Extremadura, España, en una familia campesina muy pobre. Quedó huérfano a los 9 años y fue criado por su tía, quien lo envió a trabajar como pastor y agricultor.

A los 21 años, emigró a América, como muchos extremeños de su tiempo, en busca de una vida mejor. Llegó al Perú en 1617 y trabajó en haciendas cerca de Lima, donde se destacó por su honestidad, piedad y generosidad con los esclavos y trabajadores indígenas.

A los 45 años, sintiendo un llamado profundo a la vida consagrada, pidió ingresar en la Orden de Predicadores (dominicos). Aunque era mayor y analfabeto, los frailes lo aceptaron por su humildad. Fue admitido como hermano lego en el Convento de Santo Domingo de Lima en 1622, tomando el nombre de Juan de San Nicolás.

Vida en el Convento y Caridad Heroica

Como hermano lego, sus tareas eran las más humildes: portero, cocinero, jardinero y sacristán. Pero su verdadera misión era la puerta del convento, donde:

  • Repartía diariamente 200 raciones de comida a pobres, esclavos, indígenas y niños,
  • Visitaba cárceles y hospitales, llevando consuelo y el Rosario,
  • Enseñaba el catecismo a los niños de la calle,
  • Y rezaba el Rosario completo 10 veces al día —mil avemarías— mientras trabajaba.

Se cuenta que, al no tener suficiente comida, multiplicaba los alimentos milagrosamente, como los panes y los peces. Los frailes lo descubrieron una noche rezando en el coro, suspendido en el aire en éxtasis.

Relación con Otros Santos

  • San Martín de Porres: fue su amigo espiritual y compañero de caridad. Ambos servían en el mismo convento y se apoyaban mutuamente. Martín lo llamaba “mi hermano en la pobreza”.
  • Santa Rosa de Lima: aunque murió en 1617 (antes de que Juan llegara a Lima), su espíritu de penitencia y caridad fue un modelo para él.
  • San Toribio de Mogrovejo: aunque no se conocieron (murió en 1606), Juan veneraba su memoria y seguía su defensa de los indígenas.

Muerte y Milagros

San Juan Macías murió el 17 de septiembre de 1645 en Lima, a los 60 años, tras una vida de servicio. Sus últimas palabras fueron: “Voy al cielo… pero no olviden a los pobres”.

Fue enterrado en el claustro del Convento de Santo Domingo en Lima, donde su tumba se convirtió en lugar de peregrinación. Se le atribuyeron numerosos milagros:

  • Curaciones de enfermos,
  • Multiplicación de alimentos,
  • Y apariciones para consolar a los afligidos.

Proceso de Canonización

Su canonización fue un acto de reconocimiento a la santidad del hermano lego, al inmigrante, y al ministerio de la caridad silenciosa.

Reconocimiento en la Iglesia

  • Incluido en el Martirologio Romano el 18 de septiembre (fecha trasladada de su muerte para evitar conflicto con otras memorias)
  • Su culto es universal en la Iglesia Católica
  • Patronazgo oficial:
    • Hermanos legos y religiosos no ordenados
    • Inmigrantes y emigrantes
    • Pobres y marginados
    • Agricultores y pastores

El Papa San Juan Pablo II lo llamó “un santo de lo cotidiano, cuya vida fue una oración hecha pan para los hambrientos”.

Oración a San Juan Macías

Oh San Juan Macías, hermano humilde y generoso, tú que repartiste el pan con las manos y el Rosario con el corazón, intercede por los inmigrantes, los trabajadores del campo y los que viven al margen de la sociedad.

Enséñanos a ver a Cristo en el pobre que llama a la puerta, y a servir sin ruido ni reconocimiento. Ayúdanos a rezar el Rosario no como repetición, sino como abrazo a la Virgen en cada necesidad.

San Juan Macías, amigo de San Martín de Porres y siervo fiel de los últimos, mira con compasión a nuestro mundo dividido. Y por tu intercesión, que la caridad vuelva a ser el distintivo de los discípulos de Cristo. Amén.

Cómo profundizar en la devoción a San Juan Macías

Quienes desean seguir su ejemplo suelen hacerlo mediante:

  • Rezo diario del Rosario, especialmente por los pobres y los inmigrantes
  • Uso de estampas o imágenes de San Juan Macías repartiendo pan en el oratorio familiar
  • Participación en obras de caridad inspiradas en su modelo: comedores, visitas a cárceles, apoyo a migrantes
  • Lectura de su biografía aprobada por la Iglesia
  • Peregrinación al Convento de Santo Domingo en Lima, donde reposan sus restos

Iconografía

San Juan Macías se representa como un hermano dominico de tez morena, con hábito blanco y capa negra, a menudo:

  • Repartiendo pan a una multitud de pobres,
  • Con un Rosario en la mano y una cesta de pan al brazo,
  • O arrodillado en oración en el claustro.
    En pinturas coloniales peruanas, aparece con una aureola sencilla y una expresión de ternura paternal.

Preguntas Frecuentes (FAQ)

1. ¿Por qué su fiesta es el 18 de septiembre y no el día de su muerte?
Porque el 17 de septiembre coincide con la fiesta de Santa Hildegarda de Bingen en el calendario universal. La Iglesia trasladó su memoria al 18 de septiembre para darle visibilidad.

2. ¿Fue analfabeto toda su vida?
Sí. Nunca aprendió a leer ni escribir, pero conocía de memoria el Evangelio, el Salterio y las oraciones, gracias a la enseñanza oral y a su memoria prodigiosa.

3. ¿Dónde están sus reliquias?
En el Convento de Santo Domingo en Lima, Perú, en una urna de plata en el claustro principal, junto a las de Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres.

4. ¿Es patrono de los inmigrantes?
Sí. El episcopado latinoamericano lo ha proclamado patrono de los emigrantes, por su experiencia como inmigrante pobre que encontró en la fe su verdadera patria.

5. ¿Cómo rezaba el Rosario 10 veces al día?
Mientras trabajaba: 100 avemarías por la mañana, 100 al mediodía, 100 al atardecer, etc. Usaba una cuerda con nudos para contar, ya que no tenía rosario.

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