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San Caleb

San Caleb también conocido como Elesbaán, fue un rey de Etiopía, reconocido como santo por la iglesia católica, quien vivió durante el siglo VI. Este monarca se hizo instrumento de Dios al partir en justicia contra los enemigos de Cristo por las almas de los mártires de Nagrám durante el gobierno de Justino. Luego se apartó de su posición real para vivir sus últimos años como monje.

Elesbaán, conocido como Caleb entre los etíopes, y David entre los sirios vivió a comienzos del siglo VI. Era el poderoso monarca del reino de Aksum de Etiopía. Su dominio se extendía sobre los árabes y judíos, más allá del mar rojo y de las fronteras de Himyar, territorio que hoy en día corresponde a Yemen. Era cristiano, y como tal extendió la fe en toda la región de sus dominios.

En ocasión de lo sucedido la masacre de los mártires de Nagrám, donde se encontraban también el príncipe Aretas, su esposa y sus cuatro descendientes junto con cientos de cristianos; los obispos de oriente reunidos por el patriarca de Alejandría de Egipto, animaron al rey Caleb a tomar venganza por estos homicidios, así como reconocieron la memoria de los mártires para brindarles honores.

El rey Caleb partió a la victoria. Conquistó Yemen, con justicia, Caleb combatió al usurpador Du Nuwas, un judío que perseguía a los fieles cristianos y tomó parte de su fortaleza.

Después de haber vencido a este reino tirano, contando con la bendición divina de Dios, Caleb decidió abandonar su temperamento feroz y agitado, así como sus rencores y venganzas. Dejó el trono a favor de su hijo, y envió como ofrenda su corona a la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, para entonces retirarse a llevar una vida monástica observando la disciplina de San Basilio, con espíritu pobre, penitente y obediente. Posiblemente falleció en el año 557.

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