San Britón de Tréveris es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo IV. Fue un gran defensor de la esencia cristiana frente a la doctrina del priscilianismo; al mismo tiempo que intento trabajar por mantener la paz entre los fieles que estaban cegados por una ola de violencia contra Prisciliano y sus adeptos.
Son pocos los datos biográficos conocidos por San Britón. Posiblemente nació a comienzos del siglo IV en el seno de una familia cristiana, y desde su juventud de incorporó al servicio de la iglesia. Una historia narra que fue diácono de San Bonoso en la iglesia de Tréveris y que cuando este obispo falleció, san Britón fue nombrado como el 8vo en suceder al puesto episcopal aproximadamente en el año 374.
En el año 382 san Britón asistió como obispo al concilio de Valence, donde su firma consta en las cartas sinodales enviadas por la Iglesia de Oriente a la Iglesia de Occidente sobre los acuerdos del Concilio de Nicea.
San Britón fue uno de los principales defensores del cristianismo contra la doctrina del priscilianismo, que imponía un estilo de vida austero lejos de la jerarquía eclesiástica en la que se estaba estructurando la iglesia católica. Britón apoyó y defendió la causa del obispo de Ossa, Itacio quien había sido expulsado de su diócesis en España por los priscilianistas. San Damasco y San Ambrosio de Milán también fueron defensores ante esta doctrina herética.
Con el cambio de gobierno, el nuevo emperador apoyó la causa de los cristianos, condenando a Prisciliano y restaurando a Itacio en su sede. Aun así, San Britón y san Martín de Tours intentaban frenar la violenta ejecución que les esperaba a los herejes, sin embargo no tuvieron éxito.
Se piensa que San Britón falleció en el año 386. Sus restos se conservan en la basílica de San Paulino en Tréveris.