San Avertino de Vençay es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XII. Fue un religioso discípulo de santo Tomás Becket, a quien acompañó en su labor misionaria y sus dificultades como su diácono. Llevó una vida contemplativa y eremítica durante los últimos años de su vida, luego de su fallecimiento, muchos milagros sucedieron en su tumba.
Avertino de Vençay o Avertino de Tours nació en la primera mitad del siglo XII, posiblemente en Tours de Francia. Creció en el seno de una familia cristiana acomodada, desde su juventud siguió las labores del servicio de la iglesia.
Cuando conoció a Tomás Becket, arzobispo de Canterbury, se hizo su discípulo y amigo personal, acompañándolo en sus misiones y labores eclesiásticas como hermano agustino de la Congregación de San Gilberto di Lincoln en Inglaterra. Avertino fue ordenado diácono por el arzobispo Becket y viajó junto a esta para participar en el Sínodo de Tours en el año 1163.
Cuando el arzobispo Becket fue martirizado, en 1170, Avertino emigró exiliado a Touraine de Francia, donde pasó los últimos 10 años de su vida como eremita, en medio de la contemplación, la austeridad y las oraciones. Falleció en Vençay en el año 1180. Su cuerpo fue enterrado en la iglesia de dicha comunidad, donde pronto se convirtió en un sitio de peregrinación y muchos milagros sucedieron en su sepulcro. El nombre de la ciudad de cambió para “Saint-Anertin”, se le considera patrono y su fiesta se celebra el 5 de mayo.
San Avertino también es invocado para la sanación de los dolores de cabeza como las migrañas.