El beato Bienvenido Mareni fue un religioso de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XIII. Perteneció a la orden de los Hermanos Menores de San Francisco, con humildad y alegría desempeño los trabajos más simples para el servicio de sus hermanos de la comunidad; sufría experiencias místicas, e incluso tuvo visiones con el Niño Jesús.
El beato Bienvenido Mareni nació aproximadamente en el año 1200 en la pequeña comunidad de Recanati, un pequeño pueblo situado en la región de las montañas de la Marca de Ancona, en las proximidades de Loreto. Desde su juventud se dedicó a llevar una vida humilde, santa y de servicio, por ello ingresó al convento de los hermanos franciscanos que recién se había abierto en su pueblo natal.
Entre sus hermanos, el beato Bienvenido se caracterizó por su piedad y su humildad, siempre al servicio de la comunidad y dispuesto para cumplir con todos los oficios, por más simples que fueran.
También, el beato Bienvenido pasaba por estado de éxtasis, en especial después de dedicarse por horas a la oración, o cuando comulgaba. Eran unas experiencias tan fuertes que perdía la sensibilidad de su cuerpo. Una leyenda cuenta que sucedió un prodigio en uno de estos momentos de arrebatamiento, el beato Bienvenido estaba encargado de preparar la comida para sus hermanos, pero a consecuencia de este evento se pasó el tiempo de prepararla. Cuando entró a la cocina, se sorprendió al ver que unos ángeles ya estaban haciendo su trabajo.
Los hermanos de la congregación dijeron que la comida nunca había quedado tan apetitosa. El hermano Bienvenido fue dotado de muchas otras gracias sobrenaturales, como el don de la oración y de la sanación. Se cuenta también que en uno de estos períodos de éxtasis tuvo una visión del Niño Jesús al que llevaba cargando en sus brazos.
El hermano Bienvenido falleció el 5 de mayo del año 1289, con fama de santidad, su culto fue aprobado por el papa Pío VI en el año 1796.