San Apiano
San Apiano es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo VIII. Su vida como religioso constituye un ejemplo de entrega, servicio y compromiso con el trabajo cristiano; se hijo monje practicando rigurosamente los principios de la vida monástica, austeridad, penitencia y oración. Con grandes habilidades dirigió su comunidad, hasta que decidió pasar los últimos años de su vida como eremita.
San Apiano nació en Liguria a mediados del siglo VIII. Creció en una familia humilde y cristiana. Fue cultivando su fe a medida que crecía en años y sabiduría, hasta que en su juventud, tomó la decisión de ingresar al monasterio de San Pedro en el Cielo de Oro, localizado en Pavia.
Su práctica monástica se caracterizó por disciplina y obediencia, siendo un ejemplo para todos los hermanos de la comunidad. Oraba y meditaba constantemente, y realizaba duras penitencias para purificar y perfeccionar su espíritu, las cuales mantenía en secreto para que no lo tildaran de extravagante.
Con una vocación ejemplar, san Apiano se dedicó a prestar auxilio a los fieles de la comunidad de Comacchio donde fue enviado, predicaba, aconsejaba y enseñaba las virtudes con su propio ejemplo. Durante un tiempo, dirigió un monasterio en esta localidad.
San Apiano falleció con fama de santo en el año 800. Su cuerpo se sepultó en la Iglesia de Comacchio, donde era visitado por muchos devotos locales y peregrinos. Su memoria se recuerda el 4 de marzo en esta localidad, aunque en el monasterio de San Pedro lo festejan el 6 de noviembre.