San Aniano es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo I. Este religioso se hizo cristiano por la predicación de San Marcos Evangelista, de quien fue discípulo y sucesor en la diócesis de Alejandría, siendo el segundo obispo. Murió mártir por la fe.
Se sabe poco acerca de los primeros años de su vida. Los relatos sobre Aniano comienzan con la llegada de San Marcos Evangelista a Alejandría. El santo le encargó a Aniano, quien era un zapatero de religión pagana, que le hiciera un par de zapatos. Mientras estaba trabajado, Aniano se lastimó un dedo y comenzó a reclamarle a San Marcos por el encargo.
San Marcos hizo una oración y sanó su mano con la señal de la cruz, así mismo, le habló sobre Cristo y lo invitó a la conversión. Desde entonces, Aniano se hizo discípulo de San Marcos quien más tarde lo bautizó.
Alrededor del año 62 o 63, cuando estaba en el gobierno del imperio romano Nerón, San Marcos había fundado la diócesis de Alejandría, siendo él su primer obispo, e invitó a Aniano a ayudarlo en los deberes y la administración de la iglesia. Una vez que San Marcos fue Martirizado, Aniano pasó a liderar esta cede, ejerciendo con devoción y servicio el ministerio en toda la diócesis, defendiendo el cristianismo y ayudando a los fieles.
Luego de aproximadamente 22 años de episcopado, San Aniano falleció en el año 85, se cree que murió mártir por los enemigos de la fe cristiana, aunque otro relato indica que podría haber muerto anciano, siendo apenas confesor de la fe. Sus reliquias también fueron trasladadas a Venecia por unos mercaderes. En la actualidad se encuentran en la iglesia de San Clemente. Su fiesta se celebra el 25 de abril, al igual que la de San Marcos, aunque la iglesia de copta lo celebra el 20 de noviembre.