San Clarencio es un santo reconocido en la Iglesia Católica que vivió durante el siglo VII. Desarrolló su labor como obispo en la diócesis de Vienne, ubicada en la antigua región de Burgundía. Durante su episcopado, se destacó por promover y difundir la fe cristiana en un territorio que enfrentaba constantemente el surgimiento de herejías y costumbres paganas.
Aunque existen pocos detalles disponibles sobre la vida de San Clarencio, se le reconoce como obispo de la diócesis de Vienne en Burgundía. Según fuentes históricas, se estima que vivió en el siglo VII. Es posible que desde temprana edad se haya dedicado a la vida religiosa y, posteriormente, fue consagrado como obispo de Vienne en Roma. Asumió este cargo en medio de los desafíos que implicaban enfrentar las herejías y prácticas paganas que ganaban fuerza en la región.
Aunque no se tiene certeza sobre si San Clarencio murió como mártir o como confesor de la fe, es probable que haya sufrido debido a su fe y su labor pastoral. Sus valientes acciones le valieron ser incluido en el martirologio romano, y su memoria se conmemora el 25 de abril.