El Papa Inocencio I fue el papa de la Iglesia Católica número 40. Este papa fue contemporáneo de figuras importantes del catolicismo, como San Juan Crisóstomo, a quien restituyó en su sede en Constantinopla, y San Agustín, a quien respaldó en la lucha contra las herejías de Pelagio. Su pontificado duró 16 años, entre el 401 y el 407. Su celebración litúrgica se conmemora el 12 de marzo, aniversario de su fallecimiento, aunque en muchos lugares aún se le recuerda el 28 de julio, fecha indicada en el antiguo martirologio.
Inocencio I nació en la ciudad italiana de Albano, en la región de Lacio, a mediados del siglo IV. Algunas fuentes literarias indican que fue hijo de Anastasio I, el papa al que sucedió, lo que parece ser el único caso de un hijo sucediendo a su padre en el pontificado. Sin embargo, otras fuentes lo colocan como hijo de una familia del clero romano.
Desde joven trazó su camino religioso, siempre al servicio de la Iglesia Católica. El 22 de diciembre del año 401, tras la muerte del Papa Anastasio I, fue elegido con voto unánime como Obispo de Roma, probablemente debido a sus cualidades como hombre de fe, con pureza y celo por la religión católica, así como su gran disciplina eclesiástica.
Entre sus labores, rescató varias iglesias en Roma de manos de doctrinas herejes. Restauró a Juan Crisóstomo en Constantinopla tras su expulsión por las intrigas sembradas en su contra. Apoyando los testimonios de San Agustín, se enfrentó con dureza a Pelagio y su corriente del «pelagianismo», que negaba el pecado original y la gracia divina, así como luchó contra otros movimientos herejes.
En el año 410, cuando Roma fue saqueada por los visigodos y el rey Alarico, el Papa Inocencio I trabajó por restaurar los daños en la ciudad y ayudar a los necesitados.
Luego de su amplio trabajo pastoral, falleció el 12 de marzo del año 417.