
Recordar a los santos cuya fiesta se celebra el 3 de agosto es una oportunidad para meditar sobre las virtudes cristianas y la vida de oración.
A través de sus vidas, podemos ver cómo la fe puede transformar y enriquecer las nuestras.
Recordar a los santos cuya fiesta se celebra el 3 de agosto es una oportunidad para meditar sobre las virtudes cristianas y la vida de oración.
A través de sus vidas, podemos ver cómo la fe puede transformar y enriquecer las nuestras.