San Alipio de Tagaste: El amigo y discípulo de San Agustín
Introducción
San Alipio de Tagaste fue un santo cristiano que vivió entre los siglos IV y V en el norte de África. Es conocido principalmente por su estrecha amistad con San Agustín, quien fue decisivo en su conversión al cristianismo.
Juventud y amistad con Agustín
Alipio nació en Tagaste, Numidia (actual Argelia) en una fecha indeterminada del siglo IV. Desde muy joven entabló una profunda amistad con Agustín, proveniente de la misma región. Juntos estudiaron en Cartago y Roma.
Compartían el interés por las cuestiones filosóficas y teológicas. Pero mientras Agustín abrazó primero el maniqueísmo, Alipio permaneció pagano.
Conversión al cristianismo
Tras escuchar en Roma uno de los sermones de San Agustín, ya obispo, Alipio se sintió profundamente conmovido y decidió bautizarse y convertirse al cristianismo. La predilección de Agustín por la doctrina cristiana terminó por influir decisivamente en su amigo.
Alipio regresó luego a África, donde fue ordenado sacerdote. Se convirtió en obispo de Tagaste y colaborador cercano de Agustín en su ministerio.
Legado
San Alipio es recordado sobre todo por su entrañable amistad con Agustín y por haberse convertido al cristianismo gracias a la influencia de su amigo. Se le considera discípulo de la espiritualidad agustiniana.
La Iglesia celebra su memoria el 15 de agosto, junto con la de San Agustín. Su historia es ejemplo del poder de la amistad para llevar al encuentro con Dios.