San Timoteo: el fiel discípulo de san Pablo (siglo I)
San Timoteo fue un destacado obispo cristiano del siglo I, conocido sobre todo por ser un célebre discípulo y colaborador del apóstol san Pablo.
Nació en Listra (Asia Menor) de padre pagano y madre judía convertida al cristianismo. Desde pequeño se dedicó con ahínco al estudio de las Escrituras.
Conoció a san Pablo durante la predicación de éste en Licaonia. Los cristianos locales lo recomendaron por sus virtudes, asumiendo el papel de Bernabé.
Pablo lo ordenó apóstol y siempre lo trató con especial cariño, como a un hijo en la fe.
Compañero de san Pablo
Timoteo acompañó a Pablo en sus viajes misioneros. El apóstol le encomendó fortalecer en la fe a los cristianos de Tesalónica, sometidos a fuertes persecuciones durante ese tiempo.
Posteriormente fue nombrado por Pablo como obispo de Éfeso, con la misión de detectar falsos maestros y ordenar sacerdotes. Sus cartas se incluyeron también en el Nuevo Testamento.
Martirio y legado
Según la tradición, Timoteo fue apedreado y apaleado hasta la muerte durante una fiesta pagana en Éfeso, hacia el año 97 d.C. Sus reliquias se conservan en la Basílica de San Pablo Extramuros (Roma).
Pese a su juventud, destacó como ejemplo de palabra, conducta, pureza, caridad y fe: un auténtico discípulo de Cristo. Se le conmemora cada 24 de enero.
Oración a San Timoteo
Oh San Timoteo, fiel discípulo de San Pablo, que desde pequeño abrazaste con fervor el camino de Cristo. Ayúdanos a perseverar en la fe aún en medio de pruebas y persecuciones; y a mantenernos firmes en la sana doctrina, sin dejarnos seducir por falsas promesas.
Que tu ejemplo nos impulse a estudiar y vivir las Sagradas Escrituras, llevando su mensaje de salvación a todos los pueblos y naciones. Amén.