San Torpetes o Torpes, es un santo mártir de la iglesia católica quien vivió durante el siglo I. En torno a su figura se cuentan algunas leyendas fantásticas, lo cierto es que fue discípulo de los apóstoles Pablo y Pedro, y que una vez convertido al cristianismo, renunció a su posición en el gobierno del imperio romano por lo cual fue martirizado.
Su nombre puede ser escrito como Torpetes, Tropesius o simplemente Torpes. Se piensa que nació en Pisa y que su martirio ocurrió durante el gobierno del emperador Nerón. La leyenda más conocida narra la historia de un gladiador llamado Torpetes, aunque también pudo ser jefe de la guardia imperial de Nerón.
Torpetes se convirtió al cristianismo al escuchar la predicación de San Pablo. Se encontraba Torpetes en una ceremonia donde el emperador prestaba honores a la diosa Diana como creadora del universo, ante esto, Torpetes se interpuso y profesó su fe, declarando que solo el Dios verdadero era el creador de todo. Nerón ordenó entonces que uno de sus jefes convirtiera a Torpetes de nuevo al cristianismo, pero esto fue en vano, Torpetes se mantuvo firme en su fe aún bajo las amenazas. Entonces, Nerón ordenó que fuese decapitado.
Otra variante de la historia cuenta que Torpetes al hacerse cristiano escapó de la persecución en Roma y viajó con San Pedro a Pisa, donde el prefecto local llamado Satellicus lo reconoció como cristiano y ordenó que fuese ejecutado.
Se dice que su cabeza fue lanzada al Arno, y que su cuerpo lo colocaron en un barco abandonado junto con un gallo y un perro para que estos animales se alimentaran del cuerpo del santo, pero el barco flotó con dirección a Liguria, donde una mujer santa llamada Celerina predijo su llegada. El barco arribó en el actual pueblo de Saint-Tropez (en honor al santo) y fue encontrado intacto.
Otros lugares en las costas de España y Portugal también se declararon como sitios donde arribó el barco de San Torpetes. Es venerado en Pisa, Génova y Portugal, además se le considera el patrón de los marineros.