San Sérvulo de Trieste
San Sérvulo de Trieste es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo III. Este santo fue un joven que se dedicó a cultivar una vida espiritual viviendo como ermitaño, para luego regresar a su ciudad en Trieste, donde realizó prodigios y convirtió a paganos, pero fue acusado de hechicería y martirizado.
Los datos sobre la vida de este joven santo a penas pueden resumir un poco sobre su comienzo en la vida religiosa, los prodigios realizados entremezclados con leyendas, y su martirio.
Posiblemente, Sérvulo nació en la primera mitad del siglo III, en la ciudad de Trieste de la península de Istría. Creció en el seno de una familia humilde de cristianos, donde dio sus primeros pasos en la fe.
En su juventud, Sérvulo decidió realizar un retiro en busca de la perfección del espíritu, así que viajó a la soledad de una pequeña gruta en Carso donde permaneció por dos años en oración, contemplación y penitencias.
Luego de este tiempo, Sérvulo se sintió llamado por Cristo a predicar y aumentar la fe del pueblo, así que decidió regresar a su ciudad natal, la cual estaba siendo asechada por una bestia que era una especie de dragón. Sérvulo logró vencer esta bestia soplando encima de ella y realizando la Señal de la Cruz; como este, realizó muchos prodigios que llevaron a la conversión de varios paganos.
Cuando su padre falleció, Sérvulo continuó curando a muchas personas con milagros y más conversiones. Bajo el gobierno de Numeriano, alrededor del año 284, Sérvulo fue arrestado al ser acusado de mago y hechicero por los prodigios que realizaba. El joven cristianos dio testimonio de su fe en el Dios verdadero y en Cristo, por lo cual, fue condenado a ser decapitado en las afueras de la ciudad.
Poco después de su muerte, su madre llamada Clemencia, y un grupo de cristianos piadosos recuperan el cuerpo del mártir y lo sepultaron. Se piensa que sus reliquias se conservan en la catedral de San Justo de Trieste, es copatrono de esta ciudad.