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San Lázaro, Devasahayam

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San Lázaro, cuyo nombre de nacimiento era Devasahayam Pillai, fue un mártir católico hindú del siglo XVIII. Fue canonizado en 2022 por el Papa Francisco, convirtiéndose en el primer santo laico de la India. Su figura ejemplifica cómo el amor a Cristo y la fe católica pueden florecer en los lugares más insospechados.

Origen humilde y conversión al catolicismo

Devasahayam nació en 1712 en Nattalam, reino de Travancore, en el sur de la India. Provenía de una familia de casta guerrera pero de recursos limitados. Trabajó como funcionario en la corte real.

En 1745 conoció y entabló amistad con Eustachius De Lannoy, un capitán holandés. A través suyo, Devasahayam se interesó por el catolicismo y decidió convertirse. Fue bautizado en 1745 en Vadakkankulam, adoptando el nombre cristiano de Lázaro.

Persecución y martirio

La conversión de Devasahayam provocó hostilidad entre las autoridades hindúes. Fue encarcelado y torturado durante tres años. Sin embargo, Lázaro se mantuvo firme en su nueva fe y aprovechó para evangelizar a otros presos.

Finalmente, el rey lo condenó a muerte. Fue fusilado el 14 de enero de 1752 por negarse a abjurar del catolicismo, convirtiéndose en el primer mártir laico de la India. Tenía apenas 39 años. Sus restos descansan en la Catedral de Kottar.

Proceso de canonización

La causa para su beatificación se abrió en 2004. Fue declarado beato en 2012 por Benedicto XVI y finalmente canonizado como santo en 2022 por el Papa Francisco. Es un ejemplo de amor a Cristo más allá de razas o culturas. Su festividad se celebra el 24 de mayo.

Oración a San Lázaro (Devasahayam)

«Oh, San Lázaro, que abrazaste con valentía la fe católica aun frente a la adversidad y el rechazo. Tu ejemplo nos inspira a proclamar nuestra devoción a Cristo sin miedo ni vergüenza.

Que tu firmeza y convicción ante las pruebas más duras fortalezcan nuestra confianza en los planes del Señor, por más misteriosos que sean sus caminos.

Glorioso mártir de la India, ruega por nosotros para que, siguiendo tus pasos, vivamos y muramos en los amorosos brazos de Jesús. Amén.»

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