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Beato Juan de Prado

Beato Juan de Prado

El Beato Juan de Prado fue un religioso de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XVII. Perteneció a la Orden de los Hermanos Menores; habiendo nacido de una familia acomodada, quiso dedicar su vida al servicio religioso, actuando con amor y paciencia para el bien del prójimo en diversos cargos eclesiásticos y de enseñanza; fue enviado a África como evangelizador de los pueblos sarracenos y para auxiliar a los cristianos cautivos, sin embargo, fue encarcelado por su fe en Cristo y martirizado en Marruecos.

El Beato Juan de Prado nació en 1563 en Morgovejo del reino de León, en el seno de una distinguida familia de España. Recibió educación católica desde su infancia. Quedó huérfano a los 5 años de edad, por lo que fue acogido por un sacerdote quien  lo apoyó para que estudiase en la Universidad de Salamanca. Cuando era un joven, su tutor desapareció con sus bienes, entonces Juan, cansado de los vicios del mundo, decidió ingresar a la vida religiosa y tomó los hábitos franciscanos en la Provincia de San Gabriel en el año 1588.

Cuando recibió las órdenes sacerdotales, Juan solicitó a sus superiores ser enviado a la evangelización de los paganos como misionero. No obstante, antes debería desempeñar algunos cargos; comenzó a predicar en el territorio español, fue maestro de novicios y guardián de varios conventos. A pesar de su humildad y su buena voluntad para los trabajos, el padre Juan fue calumniado, por ello lo relevaron del cargo de superior, lo cual aceptó con resignación. Sin embargo, estas acusaciones fueron desmentidas y el beato Juan fue nombrado como provincial en San Diego en el año 1610.

La jornada de evangelización de los franciscanos se había extendido a varios territorios de África. En Marruecos, una epidemia de peste en el año 1613 había diezmado a los franciscanos misioneros, entonces el beato Juan pidió ser enviado para auxiliar a los cristianos de dicha región. Con la aprobación del papa Urbano VIII, fray Juan fue nombrado misionero apostólico; partió junto al padre Matías y el Hermano Cenesio.

Poco tiempo después de su llegada, fueron advertidos de abandonar el país, puesto que el régimen Musulmán del soberado Mulay al-Walid era altamente hostil. Los religiosos continuaron su labor logrando reconciliar a varios apóstatas, hasta que fueron arrestados en Marrakesh y condenados a moler salitre para lubricar la pólvora.

Poco tiempo después, los religiosos fueron presentados ante el sultán, éstos hermanos franciscanos dieron un admirable testimonio de fe, ante lo cual, el sultán ordenó que fueran azotados y encarcelados. Como el beato Juan estaba predicando en plena sala, el soberano Mulay al-Wadid lo derribó de un golpe y lo atravesó con unas flechas, ordenando que el beato fuese arrojado a la hoguera aún agonizando. Como Juan seguía predicando en medio de las llamas, uno de los verdugos le fracturó el cráneo con una piedra. Sucedió en el año 1631.

Fray Juan de Prado fue beatificado en 1728 por el papa Benedicto XIII. Es considerado patrón y protector de los franciscanos misioneros en Marruecos.

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