San Jeremías es un profeta hebreo quien vivió durante el siglo VII antes de Cristo, en el período de los reyes de Judá Joaquim y Sedecías. Este santo es el autor del libro del Antiguo Testamento que lleva su nombre, además, también se cree que escribió el libro de los Reyes y el Libro de las Lamentaciones. Su labor como profeta fue hacer un llamado al arrepentimiento al pueblo de Judá y a sus reyes, presentando los castigos que serían impuestos por Dios a consecuencia de su infidelidad. Jeremías predijo la ruina de la Ciudad Santa, la deportación del pueblo, y la Alianza Eterna que sería conquistada por Cristo Jesús.
Jeremías nació alrededor del año 650 a.C. en la ciudad de Anatoth, era hijo del sacerdote Hilcías. Su familia vivía en una aldea del territorio de la tribu de Benjamín que pertenecía a Israel del Norte, aunque Anatoth era administrada por Jerusalén.
Este joven aguardaba la reconstrucción de Israel, pues el reino del norte había caído alrededor del año 21. Jeremías tenía aproximadamente 20 años cuando recibió la misión profética, en el año 13° del reinado de Josías en Judá, entre el 627 y 628 a.C.
Como profeta, Jeremías tuvo que luchar contra diversas dificultades, manteniéndose firme, ante las acusaciones que le hacían por las denuncias que este profeta colocaba delante del pueblo y sus reyes, llamándolos al arrepentimiento y la conversión. Predijo la invasión de Babilonia como castigo por el paganismo en el que habían caído los reyes de Judá, Joaquim y Sedecías, bajo mandato de este último, Jeremías sufrió una terrible persecución siendo acusado de espía de los babilónicos.
Este profeta anunció también la libertad para los esclavos como señal de una conversión verdadera. Sin embargo, las medidas tomadas no se establecieron por mucho tiempo, aunque los esclavos fueron liberados, después quedaron sujetos a sus amos de nuevo.
Cuando sucedió la caída de Jerusalén, era el año 587 a.C. del reinado de Nabucodonosor, muchos fueron cautivos, esclavos, y la familia real torturada, el Templo de Jerusalén fue destruido en dicha incursión, y Jeremías se retiró a Mizpah y luego pasó a Egipto, donde falleció en la ciudad de Daphnae en el año 585 a. C.