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San Epifanio de Salamina

San Epifanio de Salamina es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo IV. Fue obispo de Constancia, una de las figuras más importantes del catolicismo, gran erudito y teólogo, fiel devoto de la Virgen María y  defensor de la fe cristiana católica; dedicó su vida al estudio de las Sagrada Palabra, así como al servicio de los pobres, además tenía dones taumatúrgicos.

Epifanio nació entre el año 310 y 315 en una pequeña aldea próxima de la región de Eleuterópolis, y esta a su vez, cercana a Gaza de Palestina. Desde joven se interesó por seguir una vida eclesiástica y de servicio. Fue discípulo de San Hilarión, quien llegó a ser el padre de los monjes en Palestina.

También, Epifanio pasó algún tiempo en las comunidades anacoretas de Egipto, donde cultivó su espíritu religioso y aprendió griego, siriaco, hebreo, copto y latín. En el año 333 regresó a Palestina, donde se convirtió en sacerdote y pasó a Eleuterópolis.

Como muchos seguidores lo buscaban como guía espiritual, San Epifanio fundó un convento del cual fue su primer abad. Se caracterizó por ser un hombre de fe, rígido y conservador, practicaba severas penitencias sin dejar de dedicarse al estudio y a la oración, redactando importantes textos eclesiásticos y dejando discursos sobre el análisis de muchos otros.

San Epifanio llegó a ser considerado como una importante figura en Palestina puesto que tenía el don de la palabra, de consolar y guiar a todo aquel que lo buscaba, así como también le habían sido dados dones de sanación. Tuvo un especial amor por los pobres y necesitados, siendo administrador de las limosnas. Recibió de Santa Olimpia una donación de tierras y de dinero que sabiamente consiguió administrar.

A pesar de las persecuciones de Valente el arriano, dado que el nombre de san Epifanio era muy apreciado, fue el único obispo ortodoxo del Mediterráneo que se libró de los atropellos del emperador.

Fue además un defensor de la fe católica contra las herejías y movimientos que intentaban desvirtuar a la fe cristiana. En un viaje a Constantinopla, San Epifanio tuvo un desacuerdo con san Juan Crisóstomo ya que había defendido a unos monjes que habían sido acusados injustamente, al descubrirse la verdad, San Epifanio regresó a Salamis, avergonzado por el mal entendido. Falleció en el año 403.

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