San Bernardino de Siena es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XV. Fue misionero franciscano que predicó en todo el territorio de Italia el Evangelio por más de 30 años entregado al servicio católico, su labor fue noble y admirable; a lo largo de su vida se enfrentó a conflicto diversos y calumnias, de lo cual salió victorioso con la confianza en Dios. A su muerte, fue aclamado como santo casi de manera inmediata.
Bernardino nació el 8 de septiembre del año 1380 en la ciudad de Albizzeschi de Siena, hijo de una familia noble, su padre era gobernador de dicha ciudad. Cuando tenía 3 años quedó huérfano de madre, y a los 6 años de edad también perdió a su padre. Fue entonces acogido por una tía. Al terminar sus estudios básicos trabajó como voluntario en un hospital donde cuidaba a los enfermos.
En Siena cursó estudios de Derecho civil y canónico. Aunque, cuando llegó la epidemia de peste en 1400, Bernardino comenzó a trabajar en el Hospital de Santa María della Scala, y consiguió muchos voluntarios. Algunos relatos indican que no se enfermó a pesar del contacto con los enfermos.
En el año 1404 aproximadamente, Bernardino ingresó a la orden de los franciscanos de la observancia. Entregó todos sus bienes a los pobres y más tarde, en 1406 partió con San Vicente Ferrer a una misión evangelizadora en toda Italia. En este tiempo, Bernardino vivía en un convento solitario en Capriola. Predicó en Milán en 1417 y luego partió a las ciudades vecinas por 4 años.
En total, la evangelización de Bernardino en Italia se extendió por 30 años, siendo una figura crucial en el renacimiento de la religiosidad durante el siglo XV.
Sin embargo, Bernardino también tuvo que lidiar con acusaciones injustas. En 1427 fue sometido a un juicio en Roma donde lo acusaban de hereje, del cual salió inocente. Entonces el papa Martín V lo invitó a Roma para predicar. Rechazó el cargo de obispo de Siena para continuar con sus actividades de Evangelización. Hacia 1431 marcho por la Toscana, Lombardía, Romaña y Ancona.
En 1437, Bernardino fue electo como vicario general de los franciscanos observantes en Italia y al año siguiente fue electo como representante de toda la orden. Ejerció este cargo hasta 1442 cuando se retiró para dedicarse al trabajo de misionero nuevamente. Enfermó al poco tiempo, aunque a pesar de ello viajó al Reino de Nápoles para predicar, cumpliendo así su deseo de predicar en todas las partes de Italia.
San Bernardino falleció el 20 de mayo del año 1444 en la región de Aquila en Abruzo. Después de su muerte sucedieron muchos milagros por su intercesión, los cuales llevaron a su canonización tan solo seis años más tarde, en 1450 por el papa Nicolás V.
San Bernardino es considerado como patrón de las enfermedades respiratorias, y actividades como la publicidad, la comunicación y también la ludopatía. Además, muchos países lo tienen como protector de varias localidades, en España, en California (EEUU), en Guatemala, en Italia, en México, en la Cordillera de Paraguay y en Caracas (Venezuela), muchas localidades y ciudades llevan su nombre en honor a este santo.