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San Benito de Palermo

San Benito Massarari

San Benito Massarari, también conocido como Benito de Palermo, el Santo Negro, es un santo de la iglesia católica, quien vivió durante el siglo XVI. Comenzó su vida como esclavo, siempre caracterizándose por extrema piedad y compasión, cuando gozaba de libertad se unió a un grupo de eremitas y se hizo miembro de la Orden de los Hermanos Menores de San Francisco, convirtiéndose en un siervo ejemplar, desempeñando con obediencia los trabajos más humildes y dando ejemplo de su fe.

San Benito nació en el año 1526, en un pequeño pueblo cercano a Sicilia llamada Messina, era hijo de unos esclavos africanos que habían adoptado la religión católica. Benito adoptó el apellido Manasseri, que era de su amo, un poderoso señor que había nombrado al padre de Benito de mayordomo y le había prometido la libertad de su hijo mayor.

Desde la infancia, Benito ya era llamado como “el santo negro”, pues era un joven piadoso, obediente y muy humilde. En una ocasión Benito, que ya tenía 21 años, se encontraba en las tierras de su amo, cuando un vecino lo insultó burlándose de su color de piel y de su esclavitud. Justo en ese momento, pasaba un joven franciscano llamado Lanzi, que hacía un viaje de peregrinación hacia una eremita con otros franciscanos; al observar la respuesta mansa de Benito lo invitó a unirse a la comunidad religiosa.

Poco tiempo después, Benito obtuvo su libertad y vendió sus pocas pertenencias para alcanzar al grupo de ermitaños franciscanos. Cuando la comunidad se estableció en Montepellegrino, cercano a Palermo, se estableció una especie de congregación monástica, donde Benito comenzó a servir en los oficios más humildes y cuando el hermano Lanzi falleció, Benito fue electo como sucesor, a pesar de oponerse a ello.

Más tarde, el papa Pío IV ordenó a los ermitaños que se dispersaran e integraran a otras órdenes religiosas. Así fue como Benito llegó al convento franciscano de Santa María cercano a Palermo, donde le fueron asignados trabajos sencillos y humildes, tales como la cocina, la limpieza y ser portero. Con diligencia y obediencia, Benito era servicial  en todo lo que le solicitaban, y pasaba gran parte de su tiempo libre, orando en la capilla. Los hermanos cuentan que su rostro se iluminaba milagrosamente cuando este oraba.

En el año 1578, los frailes menores decidieron reformar el monasterio de Santa María, y confiaron esa misión a San Benito, quien a pesar de no saber leer ni escribir, con obediencia hizo florecer el convento, se extendió por Sicilia una fama de santidad y de milagros en relación al hermano Benito.

San Benito llegó a ser vicario del convento y maestro de los novicios, a pesar de no tener estudios, tenía profundo entendimiento de las Sagradas Escrituras, y era constantemente visitado por fieles y hermanos en busca de consejos.

San Benito falleció en 1589. Es considerado protector de la ciudad de Palermo y Patrono de los Negros. Su canonización se dio en 1807.

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