San Agatópodo es un santo de la iglesia católica de los primeros siglos de la era cristiana (siglo IV). Este fue un diácono mártir de la iglesia de Tesalónica, quien padeció el sufrimiento y fue asesinado por ser cristiano, durante el gobierno del emperador Maximiano, siendo arrojado al mar junto a otro religioso, san Teódulo.
Aunque la historia carece de datos y referencias, se han recopilado los detalles del martirio de san Agatópodo y san Teódulo. Posiblemente sucedió en el año 302 cuando el emperador Maximiano emitió un edicto de prohibición y persecución en contra de los cristianos, todos los textos religiosos deberían ser destruidos, y aquellos cristianos que se negaran a ofrecer sacrificio a los dioses paganos serían ejecutados.
En aquellos días, san Agatópodo era un anciano, de profunda fe cristiana, quien había dedicado su vida a servir como diácono en la iglesia de Tesalónica. Trabajaba con él un joven llamado Teódulo, era lector de la comunidad cristiana, y ambos vivían con especial observancia de los sacramentos.
Estos dos religiosos fueron capturados y acusados de ser cristianos. Los presentaron ante el gobernador Faustino (en ocasiones referido como Fausto), y al ser interrogados, se reconocieron como cristianos con mucha valentía y confianza en Dios. El gobernador también les solicitó entregar las Sagradas Escrituras que poseían, pero estos se negaron, entonces Faustino ordenó torturarlos y que pasaran esa noche en prisión.
Estando en la prisión, san Agatópodo y san Teódulo tuvieron un sueño donde se les anunciaba cual sería su martirio. A la mañana siguiente, los mártires fueron de nuevo amenazados de muerte, pero aún así se mantuvieron firmes en sus convicciones cristianas y en su fe. Entonces fueron condenados a morir arrojados al mar con una piedra grande y pesada atada al cuello.
Un relato posterior dice que los cuerpos de estos santos mártires fueron recuperados del mar y enterrados por cristianos piadosos.