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Madre María Berenice Duque Hencker

Beata maria berenice duque

Madre María Berenice Duque Hencker

La madre María Berenice Duque Hencker fue una religiosa Colombiana, quien vivió durante el siglo XX casi 100 años de fe inquebrantable y trabajadora por las causas justas del reino de Dios para con el pueblo. Pertenecía a la comunidad de las hermanas dominicanas, posteriormente fundó la Congregación de las Hermanitas de la Anunciación, y otras instituciones de carácter religioso y misionario.

Desde el 12 de febrero del año 2019 la madre María Berenice fue reconocida como Venerable por el Papa Francisco, quien también aprobó su beatificación este 13 de octubre de 2021, hasta el momento se espera la confirmación de la fecha para esta consagración.

Biografía

Su nombre de bautismo fue Ana Julia Duque Hencker el 14 de agosto del año 1898, en la ciudad de Salamina, perteneciente al departamento de Antioquia (hoy en día, nombrado departamento de Caldas) en Colombia. Sus padres fueron Antonio José Duque Botero y Ana Berenice Hencker Richter. Ana fue la primera en 18 hijos de este matrimonio.

Su familia católica la llevó al bautismo apenas dos días después de su nacimiento, en la iglesia de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Salamina, siendo sus padrinos los abuelos paternos y maternos. Los padres de su madre eran emigrantes alemanes, y sus abuelos paternos nativos de Colombia, sin embargo, ambas familias eran reconocidas por sus prestigiosa posición como agricultores y comerciantes en la región de Antioquía.

Ana Julia aprendió la fe cristiana en casa; en unos escritos personales de esta religiosa, cuenta como su abuelo paterno le daba clases de catecismo desde muy pequeña y antes de dormir le contaba historias sobre la vida de los santos. Así fue como desde sus primeros pasos ligó su vida a la educación religiosa. La Sagrada Confirmación la recibió el 31 de octubre del año 1902, en la iglesia local, en una ceremonia presidida por Monseñor Hoyos. Más tarde, el 7 de septiembre de 1907, la pequeña Ana Julia de 9 años de edad ya se encontraba preparada para recibir la Sagrada Eucaristía por primera vez, experimentando en aquel momento una gran emoción por recibir el Cuerpo de Cristo en su ser y en su corazón. Desde entonces, Ana Julia pasó a frecuentar la iglesia con mayor frecuencia, a estudiar la Palabra de Dios, e incluso, se sentía triste cuando debía volver a casa en la noche cuando la iglesia era cerrada.

De esta manera, Ana Julia mostró su gran vocación para la religión, aun siendo una jovencita, era una creyente fiel, devota y observadora de las enseñanzas del Evangelio. El 20 de diciembre del año 1917, la joven Ana decide entrar como novicia al convento de las hermanas de la Presentación de Bogotá; tres de sus hermanas también se harían religiosas, fueron María (Concepción María), Lucila (Sor María Teresa), y Tulia, está ultima, acompañó a su hermana Ana Julia en la comunidad de la Presentación. También, su hermano Elías se ordenó como sacerdote, algunos años más tarde.

Después de los primeros meses de estudio y preparación, el 26 de julio de 1918, Ana Julia decide tomar los hábitos, y continúa su formación religiosa, hasta el 21 de noviembre de 1919 cuando realiza su profesión de fe y toma el nombre de “hermana María Berenice”.

En seguida comenzó a trabajar como maestra de la clase superior en algunos colegios de la orden, en San Gil, en Ubaté, en Rio Negro, Manizales y en Fredonia, durante 1930 y 1936. En la comunidad de Sonsón, conoció a un padre carmelita, anciano y sabio, quien se encargó de su dirección espiritual, ayudándole principalmente a resolver los algunos conflictos en su corazón en relación a su misión como religiosa.

Se dice que este sacerdote, le reveló que su futuro en la iglesia sería próspero y misionario, refiriéndose a las posteriores fundaciones y congregaciones que la hermana María Berenice promovería. Después de estos acontecimientos, María Berenice se abraza con mayor fuerza a su fe, en el sentido de amar a Jesús y a la Sagrada Eucaristía.

Simultáneamente, en 1938, cursó estudios en la Casa Provincial de Medellín, y luego fue la encargada de las Hermanas Estudiantes, muchas de estas experiencias le servirán posteriormente para formalizar la fundación de su primera congregación de religiosas. Finalmente, motivada por el deseo de una congregación que trabajara por las familias y por las jóvenes necesitadas, la hermana María Berenice logra fundar el 14 de mayo de 1943 la Congregación de las Hermanitas de la Anunciación, que entraría en labores posteriormente.

Fundación de las Hermanitas de la Anunciación

La Madre María Berenice sentía una inmensa preocupación por las mujeres pobres y necesitadas, por su formación y preparación para la vida. Fue así como en una primera iniciativa, creó la Escuela Dominical, para atender las necesidades de estas jóvenes, y a partir de este trabajo, sentó las bases para la fundación de su congregación de Hermanitas de la Anunciación.

Un grupo de doce jóvenes devotas de la fe cristiana, y con deseo de servir a los propósitos de Dios, fueron las primeras en formar parte de esta iniciativa. Su condición económica precaria les impedía cursar estudios, pero la hermana María Berenice asumió el compromiso de ayudarlas en sus estudios y en su misión de vida.

El objetivo de la Madre María Berenice era que esta institución ayudase en la evangelización de las familias, especialmente aquellas más pobres y de escasos recursos que estaban alejadas de la iglesia. Así fue como, visitando de puerta en puerta, se llevó a cabo la primera jornada Evangelizadora de las Hermanitas de la Anunciación. La iniciativa fue aprobada por Monseñor García Benítez, quien era el arzobispo de la diócesis de Medellín, y fue el principal guía espiritual de la congregación; así como también contó con el apoyo de la Superiora de la Presentación, la Madre María Inés. Con humildad y esperanzadas, las primeras misionarias iban de casa en casa, con humildad y sencillez, repartiendo la Palabra de Dios y ayudas para las familias.

Otras fundaciones

En 1946 la madre María Berenice viaja a Francia para asistir al Capítulo General. A su regresó en 1947, permanece unos años en la casa de Bogotá, y en 1950 es envida a Medellín para ser la Directora de la Obra de la Anunciación, donde permanece hasta julio del año 1951. Dos años más tarde decide separarse de sus labores en la Presentación para dedicarse exclusivamente al trabajo de las Hermanitas de la Anunciación.

Posteriormente, el 15 de agosto de 1957, fundó la Rama Misionera de las Hermanitas de la Anunciación, quienes después tomarían el nombre de Hermanas Misioneras Franciscanas de Jesús y de María, también dedicas a servir a niños, jóvenes y familias que vivían en comunidades aisladas y de difícil acceso.

Aun preocupada por la asistencia y las oportunidades para los jóvenes de precario estrato social, la hermana María Berenice consigue el apoyo necesario para la fundación del Instituto Domun Dei el 8 de diciembre de 1965, el cuan será conocido como Instituto Religioso Clerical de Misioneros de la Anunciación, con el objetivo de apoyar la misión evangelizadora de jóvenes sacerdotes y consagrados.

Con estos movimientos, la madre María Berenice impulsó la evangelización de todos los necesitados, especialmente de aquellos jóvenes marginados, las niñas y mujeres necesitadas, que a través del trabajo de sus congregaciones, conseguían fe, esperanza y oportunidades de vida. Su labor misionaria fue ampliamente reconocida en Guayaquil, que en aquellos tiempos era un lugar difícil para recibir el cristianismo.

Algunas de sus otras fundaciones son:

  • Las Anunciatas de San José en 1958
  • La comunidad de Marta de Betania en 1958
  • Los Hermanos de la Anunciación en 1956
  • Los Catequistas de la Anunciación en 1965.

Muerte y beatificación

La Madre María Berenice padeció una enfermedad en los últimos años de su vida que le provocó grandes dolores y sufrimientos carnales. En sus últimos días, cada mañana recibía la Sagrada Eucaristía, con esperanza y fe en su encuentro con Dios. El 25 de Julio de 1993, a las 2:20pm, la madre María Berenice cierra sus ojos para partir al cielo.

Pocos años más tarde, en 1998, la diócesis de Medellín, dio inicio al proceso de beatificación de la Madre María Berenice. En 2003 terminó la primera investigación que fue analizada en Roma por la Congregación de la Causa de los Santos.

Se emitió un veredicto favorable, que llevó al Papa Francisco a reconocer las virtudes de la Madre María Berenice con el título de Venerable, el 2 de febrero de 2019. El 13 de octubre de 2021, el Papa Francisco aprobó su beatificación, aún a la espera de la fecha de la ceremonia de consagración.

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