El sacrificio heroico del soldado Gino Pistoni
Gino Pistoni llevó una vida normal hasta que fue llamado al servicio militar en 1944. Aunque su vida cambió drásticamente, logró transformar su deber en una oportunidad de evangelización. Como soldado, involucró a su dormitorio en la oración del rosario todas las noches.
Gino se identificó con la misión de la Acción Católica, «Oración, Acción, Sacrificio», y se convirtió en animador de centros juveniles y secretario del centro diocesano. Bajo la mirada del equipo directivo, demostró una increíble cercanía a la santidad.
En julio de 1944, mientras se encontraba en las montañas de Trovinasse con los partisanos, Gino se encontró en una situación crítica. Durante un ataque de las SS alemanas, todos sus compañeros armados huyeron, pero él permaneció indefenso para socorrer a un soldado enemigo herido. En ese momento, Gino fue alcanzado por la metralla de un mortero que le cortó la arteria femoral. Murió solo y desangrado, pero antes de morir, tuvo tiempo de escribir con los dedos ensangrentados en la tela de su mochila: «Ofrezco mi vida por la Acción Católica y por Italia, Viva Cristo Rey».
Junto a su cuerpo se encontró el Oficio de la Santísima Virgen María, manchado de sangre. Gino Pistoni demostró un amor inmenso por su fe, su país y su prójimo, y su sacrificio heroico es una prueba de ello.