Fallece Jóven carmelita de 21 años en la víspera del día de la Virgen del Carmen
En el Convento Carmelita de San Andrés de Salamanca, un joven carmelita de 21 años, admitido en estado crítico, entregó su vida al Padre el sábado 15 de julio, justo antes del día de la Virgen del Carmen. El prior provincial, fray Salvador Villota Herrero, informó la triste noticia a través de un comunicado.
«Con profundo pesar, informamos que esta mañana falleció en el Convento Carmelita de San Andrés de Salamanca fray Pablo María de la Cruz Alonso Hidalgo, quien, en estado crítico, había sido admitido recientemente», afirmó fray Salvador Villota Herrero.
El comunicado continúa con la cita bíblica: «‘Yo Soy la Resurrección y la Vida’, dice el Señor. Los que han muerto con Cristo, nuestro Amor y nuestra Esperanza, resucitarán con Él».
Suplicamos que las almas de los fieles difuntos, especialmente la de nuestro hermano Pablo María de la Cruz, descansen en paz. Les pedimos que lo tengan presente en sus oraciones y ofrezcan sufragios por él. Confiamos su alma al Señor y a nuestra Santísima Madre del Carmen. Amén», concluye el comunicado.
Pablo Alonso Hidalgo, quien había profesado como carmelita hace tan solo tres semanas, el domingo 25 de junio, lo hizo en una circunstancia excepcional, in articulo mortis, en la iglesia del Carmen de Abajo de Salamanca, España.
Previo a su profesión religiosa, el noviciado de Pablo tuvo lugar en la habitación 615 del Hospital Clínico Universitario de Salamanca. La ceremonia fue presidida por fray Salvador Villota y contó con la presencia de sus padres, Ricardo y Mari Carmen, el maestro de novicios, P. Alejandro López-Lapuente, y su director espiritual, P. Desiderio García Martínez.
El joven religioso explicó entonces: «Es mi deseo consagrarme a Dios y vivir ‘en obsequio de Jesucristo’. Mi enfermedad avanza rápidamente. Venimos de Dios y a Dios regresamos. El Padre, en su infinita misericordia, pronto me llamará para estar con Él».
En el sitio web de la Provincia Carmelita de Aragón, Castilla y Valencia, se destaca que el nombre que eligió como religioso, fray Pablo María de la Cruz, refleja su deseo de estar «vinculado a nuestra Madre la Virgen María y a Cristo crucificado, porque siente que su única gloria es ‘la cruz de Cristo'».