La beata Elena Valentini fue una religiosa consagrada en la orden de San Agustín, quien vivió durante el siglo XV. Perteneció a una noble familia, la primera mitad de su vida la vivió en los asuntos del mundo, sin embargo, al enviudar y conocer la palabra de los hermanos agustinos, se entregó por completo a la oración y penitencia para reformar la vida que había llevado hasta entonces y honrar a Cristo.
Elena Valentini nació en el año 1396 en la región de Udine de Italia, en el seno de la distinguida familia de los señores de Maniago, recibió educación cristiana y fue preparada para los asuntos del mundo. En el año 1414 contrajo matrimonio con otro noble llamado Antonio Cavalcanti, de esta unión nacieron seis hijos.
En el año 1441, Elena enviudó. Buscando consuelo, se encontró con la palabra del fraile agustino Ángel de San Severino, y entonces decidió reformar su vida y consagrase como hermana laica terciaria agustina. Permaneció recluida en la casa que había heredado de su esposo; en el año 1446 la hermana Perfecta de la orden de San Agustín fue a vivir con ella.
Los siguientes 18 años de su vida Elena se dedicó con esmero al servicio religioso, principalmente dedicada a las penitencias y mortificaciones para buscar el perdón de los pecados que había gestado en sus años de juventud. Realizaba ayunos solo de pan y agua, caminaba con pequeñas piedras dentro de los zapatos en castigo por los bailes a los que había ido cuando joven, así también dormía sobre una dura tabla. Su inspiración para estas duras penitencias era imitar a Cristo, reformando y fortaleciendo su espíritu.
En el año 1444, Elena consiguió la autorización del padre Provincial de los Agustinos para emitir un voto de absoluto silencio que observaba la mayor parte de su vida. Se dice que también tuvo varias visiones, períodos de éxtasis y que incluso llegó a conceder varios milagros en vida.
En el año 1455 sufrió un accidente que le fracturó los fémures, quedando confinada a una cama los últimos años de su vida. Falleció el 23 de abril de 1458. Su sepultura se encuentra en la iglesia de Santa Lucía. Fue beatificada por el papa Pío IX en el año 1848.