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San Germán de París

San Germán de París

San Germán de París, el apóstol de los pobres

San Germán de París es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo VI. Este religioso pasó muchas dificultades al inicio de su vida, pero encontró en el camino eclesiástico la fortaleza y la espiritualidad para hacer florecer sus dones. Con gran compromiso ayudó a los enfermos y a los necesitados, fue abad de San Sinforiano de Autún y también obispo de París.

Germán Nació en el año 496, en la ciudad de Autún de Borgoña. Sus padres eran un matrimonio de buena posición, Eleuterio y Eusebia, sin embargo, Germán no gozó del calor de un hogar amoroso. Algunas historias cuentan que no fue un hijo deseado y que incluso una tía cercana trató de envenenarlo cuando era niño.

Más tarde, Germán sale de casa para vivir con un pariente en Lazy, quien le ofreció el calor de un hogar verdadero, le enseñó el valor del trabajo, la piedad y las virtudes cristianas, además, lo acercó a la iglesia.

Germán ya había nacido con grandes cualidades, fue apoyado por el obispo Agripin de Autún para que siguiera el camino religioso, y este mismo lo ordenó sacerdote. El sucesor de la sede de Autún, Nectario, apreciando las cualidades de Germán, lo nombró como abad del monasterio de Sinforiano, donde Germán dio ejemplo de obediencia, rectitud y compromiso para toda la comunidad. Desde entonces fue bendecido con el don de hacer prodigios y milagros.

Se dice que todos los pobres que visitaban la abadía recibían cuando menos un plato de comida. En una ocasión se acabó la comida para ayudar a los pobres, entonces el abad Germán dispuso de los alimentos destinados para mantener el monasterio. Los monjes comenzaron a murmurar en contra del abad, pero para sorpresa de todos los frailes, al día siguiente llegaron al convento dos carros repletos de comida.

Otro milagro cuenta que la abadía estaba a punto de ser devorada por las llamas de un incendio que había comenzado en el pajar, entonces el abad Germán, con rociar agua bendita, hizo apagar las llamas.

Más tarde, en el año 554, con el apoyo del rey Childeberto, Germán fue nombrado obispo de la diócesis de  París y limosnero mayor. A este rey, Germán lo había sanado en una ocasión cuando estaba enfermo en el castillo de Celles. El obispo se hizo cercano a la familia real y actúo para resolver varios asuntos como consejero; incluso tuvo que excomulgar al nieto del rey Childeberto, Cariberto de París, por su conducta inmoral.

Después de una larga vida de servicio, San Germán falleció el 28 de mayo del año 576. Fue canonizado en el año 754.

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