Saltar al contenido

San Félix de Nicosia

San Félix de Nicosia es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XVIII. Fue un cristiano humilde y perseverante que por siete años persistió en el intento de ser admitido en la orden de los Hermanos Menores Capuchinos, trabajó en los oficios más simples y sencillos, con humildad y caridad; a pesar de tener pocos estudios, su fe y amor por las Sagradas Escrituras eran incomparables.

San Félix de Nicosia

Su nombre en italiano era Filippo Giacomo. Nacido en el año 1715 en el seno de una humilde familia de fuertes valores cristianos. Félix quedó huérfano en su infancia y desde pequeño debió trabajar como zapatero para poder ayudar en el sustento de su hogar, por ello tampoco tuvo los recursos para estudiar.

Siempre se dedicaba a la oración constante y a las labores de piedad. Cuando tenía 20 años, solicitó su ingreso en el convento de los hermanos capuchinos como hermano lego, pero fue rechazado. Pese a ello, Félix no desistió de su deseo y continuó trabajando espiritualmente, dedicado a su trabajo, a la caridad, a la oración y a la penitencia. A lo largo de siete años, Félix continuaba renovando su solicitud en el convento, hasta que fue admitido en el convento de los capuchinos en Mistretta en 1743, en Nicosia.

En 1744 hizo su profesión de fe, y su primer encargo como fray Félix de Nicosia fue regresar a su ciudad natal para ayudar a un hermano en las labores de limosnero. Con paciencia, fray Félix recorría las calles, tocaba las puertas y agradecía el aporte de cada uno.

Aunque no había podido estudiar formalmente, conocía muy bien las Sagradas Escrituras así como la doctrina de la iglesia y aprendía de memoria los pasajes bíblicos y textos que se leían en el convento a la hora de las comidas.

También se dice que san Félix tenía el don de realizar curaciones, especialmente durante la epidemia de 1777 en el pueblo de Cerami. Fue predicador y conquistó muchas almas para el catolicismo, además de un gran devoto de la Eucaristía y de la Virgen.

Fray Félix de Nicosia falleció el 31 de mayo del año 1787 en el convento de Nicosia. Fue beatificado en 1888 por el papa León XIII y canonizado en 2005 por el papa Benedicto XVI.

Configurar