San Dictino es un santo de la iglesia católica quien vivió durante el siglo V. A pesar de que en la primera parte de su vida este religioso fue influenciado por las ideas de la herejía priscilianista, experimentó una profunda conversión católica que lo llevó a arrepentirse de su vida anterior, y pasar a ser ejemplo de virtudes.
Dictino o Doctino nació en la segunda mitad del siglo IV, de origen griego. Su padre era presbítero y obispo de Gallaencia, llamado Sinfosio y seguía las ideas del priscilianismo. Bajo estas ideas Dictinio recibió educación y se ordenó como presbítero.
Dictinio fue un hombre culto y letrado, sin embargo, por la influencia de la doctrina herética sus textos criticaban las concepciones del catolicismo. Una de sus famosas obras llamada “Libra” por sus doce partes, defendía con celo las posturas trinitarias modalistas, así como la mentira cuando fuese en beneficio de la religión. San Agustín fue uno de sus principales críticos al reprochar las enseñanzas que traía erradas en estos textos.
Más tarde, siendo imposible conciliar las diferencias entre priscilianos y católicos, Dictinio es consagrado como obispo en Astorga. Sin embargo, en el año 400 con la celebración del I Concilio de Toledo, Sinfosio y Dictinio reconocieron sus errores al defender una doctrina herética y se convirtieron al catolicismo. El propio Dictinio reprendió sus textos y por su sincera conversión se le restituyó como obispo de Astorga, ahora según los cánones de la Iglesia Católica.
A pesar de la oposición de algunos prelados en aceptar a estos religiosos que se habían convertido, en el año 404 el llamamiento a la reconciliación prevaleció con el papa Inocencio. Mientras, Dictinio se dedicó a dar ejemplo de una conversión verdadera colocando grandes virtudes cristianas en práctica, caridad, penitencia, oración y educación y defensa cristiana.
San Dictinio falleció entre los años 420 y 430 con fama de santidad. Su culto fue reconocido por el papa León I Magno. Sus restos posiblemente descansaron en Astorga.