
Oración a las ánimas benditas para alejar enemigos
Ánimas benditas del purgatorio, ruego su bendición, pido una pronta y eficaz protección ante mis enemigos, por el amor del Padre y los méritos logrados en la tierra, ruego el destierro de mi lado toda persona o espíritu con intenciones de provocar en mi humanidad algún daño o perjuicio, suplico se me conceda la gracia de permanecer invisible a su mirada, a su maldad y al peligro de caer en sus malvadas manos; acaso cuando invoco su presencia y pido auxilio, mi oración no será escuchada.
Ánimas benditas del purgatorio, no me desamparen, me siento en peligro y vulnerable ante el poder de mi enemigo que aplasta y me roba la tranquilidad con solo saber que está cerca de mí, espero y confío en que por el poder del cual ya gozan en el purgatorio, no me dejen caer en sus manos y lo alejen para siempre de mi vida especialmente en los momentos cuando el peligro de verme bajo su influiencia y su alcance logra llenarme de miedo y temor; acaso mi enemigo podrá lograr vencerme cuando yo he recurrido al poder celestial en manos de las Ánimas benditas del purgatorio.
Ánimas benditas del purgatorio, ruego a su poder de intercesión para que todo cuanto enemigo material o sobrenatural sea vencido por el poder celestial; pido que por el poder de esta oración, sea alejada de mi presencia malvada, toda envidia, odio, todo poder oculto como brujería, hechicería, amarres, rezos, y cualquier maldición que sobre mí pueda entrar y causar daño, libra mis seres queridos y mis bienes materiales también de su alcance; acaso el poder del mal sobre las manos de mi enemigo habrá de vencer el poder divino otorgado por el Padre a quienes le suplican.
Venerables Ánimas benditas del purgatorio, suplico alejen de mí todo mal pensamiento causado por el enemigo espiritual, pensamientos que me inducen a acciones malvadas, benditas ánimas, cuya intención se basa en el amor y en la intercesión por quien aún peregrino en este mundo, soporta el mal y la esclavitud del pecado en manos del enemigo, ruego con la fe que me otorga el al Padre, no permitan que yo pueda caer an las manos del enemigo de este mundo, del enemigo que no pedo ver, del enemigo de mi alma, de mi cuerpo, del enemigo de mis seres queridos y de mis bienes maerialas necesarios para mi subsistencia; acaso yo que soy hijo de un Padre eternamente bondadoso caeré en manos de mi enemigo.