Oración a San Ignacio de Loyola para alejar enemigos
San Ignacio de Loyola, ven pronto en mi ayuda aleja de mi vida toda presencia del enemigo, retira toda amenaza de él que en mí afecta alma y cuerpo, familia y amigos, vida laboral y vida personal; acaso su poder habrá de sobrepasar algún día el poder proveniente del Trono de Dios a través de su santo más amado, acaso el poder del mal triunfará, San Ignacio de Loyola, ruega por mí, intercede desde lo alto para que en cada paso que doy, tu presencia me guíe.
San Ignacio de Loyola, devuélveme la esperanza ante la incertidumbre creada por quienes siembran miedos y temores, cubre con el poder que recibes del cielo el odio de tantos que faltos de todo sentimiento de amor, multiplican el mal en mi contra; hasta cuándo habré de esperar por tu ayuda, cuanto tiempo mas el enemigo que me acecha triunfará, cuando será humillado por el poder celestial en presencia San Ignacio de Loyola quien por su amor hoy goza del premio eterno.
Intercesor y venerado San Ignacio de Loyola, sirve de alivio a mi sufrimiento y padecimiento, dame la gracia de soportar la maldad de mi enemigo con paciencia, cuida de mí y salva mi integridad durante mis desplazamientos, durante mi descanso y reposo, tu que estas en lo más alto de los cielos y puedes ver lo que yo no veo, salvame de mi enemigo; acaso mi oración será despreciada por quien en la tierra fue generoso, bueno y defensor de todo aquel que en medio de su desgracia suplica con fe ciega y esperanza poniendo su confianza en el que todo lo puede y actúa a través de todos sus santos.
San Ignacio de Loyola, ponte en medio, se mi escudo de hierro que impide el acierto de mi enemigo físicamente invisible, aquel que tira sus dardos valiéndose de brujería, hechicería, adivinación y rezos; suprime la maldad del envidioso, del mentiroso e hipócrita, de aquel que actúa como lobo con piel de oveja, hasta cuando estaré bajo la desgracia y el peligro de mi enemigo; gracias bondadoso y obediente santo de Dios que por sus méritos hoy vive eternamente feliz intercediendo por todo aquel que le ruega.