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Beato Bucardo de Beinwil

El beato Bucardo de Beinwil fue un religioso de la iglesia católica quien vivió durante el siglo XII. Se formó siguiendo los principios de la orden benedictina, y luego de su ordenación se dedicó a trabajar en el territorio de Argovia en Helvecia (de Suiza) donde con gran diligencia, socorrió a todos los fieles que necesitaban su ayuda, incluso, algunas leyendas narran prodigios que aumentaron su fama de santidad aún en vida.

Bucardo nació en los primeros años del siglo XII, posiblemente alrededor de 1140 en la comunidad de Hof Langmantt de Muri en Argovia en Suiza. Desde su infancia creció en los valores cristianos, por ello se inclinó por seguir un camino religioso y fue así como en su juventud ingresó al monasterio de la Orden Benedictina de Muri.

Una vez formado, Bucardo fue asignado para trabajar en la nueva iglesia de Beinwil am See de Argovia, donde con gran esmero y devoción se dedicó a socorrer a los fieles, fortalecer su fe y guiarlos en el camino espiritual. Celebraba misa diariamente e impartía los sacramentos. Además, viajaba en peregrinación para evangelizar y dar clases de catequesis; visitaba a los enfermos y auxiliaba los pobres y humildes.

Una leyenda cuenta que en una ocasión le avisaron que había una mujer moribunda que necesitaba recibir los santos óleos, entonces el padre Bucardo emprendió el viaje a casa de la mujer que vivía algo distante. En el camino se encontró con un mensajero que le avisó que la mujer había fallecido, el padre Bucardo oró a Dios para que permitiese que la mujer recibiera la unción de los enfermos y siguió su viaje. Para sorpresa de todos, cuando el padre llegó a la casa de la mujer, esta estaba viva y pudo recibir el sacramento.

El padre Bucardo es representado en la iconografía con un pájaro en su mano. La historia cuenta que este era un cuervo que el padre había domesticado; un día, unos malhechores asesinaron su mascota para entristecer al padre. Bucardo al encontrar a su animal moribundo, con sus oraciones logró que Dios devolviera la vida al animal.

El beato Bucardo falleció a finales del siglo XII, aproximadamente en 1192. Su culto fue aprobado en 1814.

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